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martes, 27 de agosto de 2013

Tras mucho tiempo sin publicar, os traigo: Pollo al limón estilo oriental

¡Buenas a todo el mundo, qué de tiempo!

He de decir que en todo este tiempo no he publicado nada, pero he estado practicando muchas nuevas recetas, algunas de ellas con resultados muy agradables. Incluso he ido a un campamento con dos personas más para cocinarles a ¡130 personas durante 15 días! Casi ná... jeje.

Hoy os traigo una receta que ha sido una petición especial de una de las que he colgado en foto en el Facebook oficial de ¡Al Buche!. El pollo rebozado en tempura es típico de la gran mayoría de restaurantes chinos a los que podáis haber ido, y tanto él como la salsa al limón que lo acompaña no tiene mucho secreto, tan sólo el saber cómo hacer una tempura simple y el manejar bien maicena para crear salsas.


En esta receta usaremos, para dos personas que coman bien,

para el pollo rebozado:

  • 1/2 kilo de pollo (preferiblemente una pechuga bien jugosa más gruesa que fina)
  • Media taza de harina
  • 1/4 de taza de maicena
  • 1 huevo mediano
  • Agua fría
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • Aceite para freír
Y para la salsa:
  • 2 ó 3 limones
  • 2 cucharadas soperas de vinagre de arroz (lo venden en las tiendas chinas, si no, vale otro que sea blanco)
  • 4 cucharada sopera de agua fría
  • 1/2 cucharada sopera de maicena
  • 2 cucharada sopera de azúcar
  • Sal
  • Pimienta negra en grano con molinillo (si no, pimienta negra molida)
Empezamos por salpimentar el pollo y dejándolo reservado. Ponemos abundante aceite para freír a calentar (preferiblemente de semilla, como girasol, que es de sabor más neutro), a fuego medio.
Nos ponemos manos a la obra con la tempura. En un bol, echamos la harina, la maicena, una buena pizca de sal y la pimienta molida al gusto (yo le hecho bastante y me gusta de molinillo), y comenzamos a remover hasta que todo quede uniforme. Vamos echando el agua fría a temperatura del frigo poco a poco y moviendo con unas varillas. Cuando veamos que adquiere una textura aproximada a la que tiene la nata para cocinar, integramos el huevo a la mezcla sin dejar grumos. 
Añadimos el pollo y untamos bien en la mezcla, hasta que quede totalmente impregnado y cubierto, y reservamos sin sacarlo. Subimos un poco el aceite, sin que llegue a humear, y freímos introduciendo el pollo en la sartén asegurándonos de que está impregnado por todos lados.
Le damos vueltas por cada lado hasta que coja un tono dorado, y entonces lo sacaremos en un plato llano grande o fuente con papel absorbente para que no quede aceitoso. Podemos introducirlo en el horno a baja temperatura para que se conserve caliente.
Para la salsa, en un cazo pequeño, ponemos el zumo de dos limones exprimido y colado, el vinagre, el agua fría a ser posible, el azúcar, una pizca de sal para potenciar, otra de pimienta para dar un poco más de aroma, y la maicena. Movemos con unas varillas hasta que todo quede bien integrado y lo ponemos a fuego medio sin dejar de moverlo.
Opcional: Mientras, limpiamos muy bien el tercer limón, puesto que la piel puede tener compuestos químicos para darle más lustre. Cortamos en rodajas finas, y lo reservamos.
Si vemos que la salsa no burbujea, subimos el fuego. Debe hacerlo para que se integre todo aún mejor, que pierda un poco del sabor del vinagre, y para que el azúcar se disuelva bien. Si hemos hecho las rodajas, cuando lleve burbujeando un par de minutos, las añadimos y dejamos un rato más. Estará listo cuando la salsa se haya hecho totalmente homogénea tras 3 o 4 minutos de hervir sin parar de remover, y ya podremos degustar nuestro estupendo plato:


Dándole un punto dorado a la parte externa del pollo, conseguiremos una textura jugosa por dentro y crujiente por fuera.



Al final, nos damos cuenta que la comida oriental no es tan compleja como parece. Tan sólo necesitamos los ingredientes necesario para obtener un plato riquísimo y resultón, con un coste y dificultad bastante bajos.

Animaros a, aunque no esté redactando recetas, sigáis haciendo comentarios y proposiciones. Recordad siempre compartir la receta en vuestros perfiles de las redes sociales si os ha gustado.

Y, sobre todo, os animo a que probéis a hacer alguna en vuestras casas, que ya veréis que no es casi nada de esfuerzo para el premio que se obtiene.


¡Un saludo a todos, y espero volver pronto a redactar! 

martes, 18 de diciembre de 2012

Rica carne asada: Lomo de cerdo en salsa de miel y mostaza

¡Hola a todos!

Tras un tiempo muy liado, ya estoy aquí de vuelta. Las últimas asignaturas que me quedan para acabar la carrera y alguna que otra cosa más me tienen bastante entretenido en estos tiempos.

También comentar que del 26 al 29 de Diciembre, mis amigos Scouts han querido contar conmigo para que les haga de cocinero en un campamento, con ayuda de otros 2 amigos más... ¡hacerle de comer a casi 100 personas! Va a ser un gran reto.

Bueno, dejemos la parte más personal para comentaros esta receta muy fácil y resultona, apta para las fechas que se nos vienen encima. Los ingredientes los venden en todos lados y no son para nada caros, así que doblemente fácil.

Lo que tendremos que tener en cuenta es que hace falta  horno y una fuente apta y de buen tamaño, es lo que debemos tener en cuenta previamente, además de papel albal.


Vamos a necesitar los siguientes ingredientes:

  • Un lomo de cerdo grande
  • Mostaza de la típica que venden en bote
  • Miel
  • Pimienta en grano (si no tenemos mucho tiempo para que macere, pues molida)
  • Pimienta molida
  • Sal
  • Un poco de vinagre blanco
  • Aceite de oliva
  • Agua
  • Hierbas provenzales o finas hierbas (las que más nos gusten, para aromatizar)
Primero, preparamos la mezcla en la que bañaremos la carne. En un vaso ancho, echamos una parte de miel por cada dos de mostaza, una cucharadita de sal, una de pimienta en grano, otra de hierbas, un dedo de agua, una cucharada grande de vinagre y otra de aceite de oliva. Mezclamos bien todo y dejamos reposar un par de horas.
Cogemos el lomo de cerdo, y por la parte en la que lleva la capa de grasa hacemos unos cortes, no demasiado profundos, de forma que dejemos esa parte de la superficie con forma de una malla de cuadraditos (en la foto final podréis apreciar mejor la forma). Después, lo salpimentamos.
Precalentamos el horno al máximo y untamos el fondo de la fuente que vayamos a usar con aceite. Con ayuda de un pincel o algo parecido, embadurnamos el lomo muy bien y lo ponemos en la fuente.
¡Atención! que este paso es el que hará que no se nos seque la carne. Cubrimos la fuente con papel albal, al que le haremos boquetes con ayuda de un cuchillo o tenedor en la superficie. Lo introducimos en el horno y bajamos la temperatura a 180º C. El papel hará que se conserve el líquido y la cocción se haga mejor, dando un resultado más jugoso.
Cada 15 - 20 minutos, lo sacamos y damos una mano de salsa generosa por la parte superior. Lo mantendremos aproximadamente una hora así. Cuando pase la hora retiramos el papel albal y subimos a 200º la temperatura, dejando que gratine la parte superior y reduzca un poco el jugo al gusto. Y ya tendremos listo nuestro lomo al horno, con esta pinta:

 La carne adquiere un punto de caramelizado muy sabroso.


 Dependiendo del tiempo que conserve el papel albal y las veces que le añada de la mezcla, la salsa quedará diferente.
 
Espero que os haya gustado la receta y el resultado, y os animo a todos a que la probéis. Ahora, en Navidad, es una receta que no desentona nada y que suele gustarle a todo el mundo. Poco esfuerzo, ingredientes baratos y un resultado de genial.

También se puede hacer con otro tipo de carne que no sea lomo, como costillas. Yo aconsejo una carne que tenga algo de grasa, como la capa del lomo, así queda más crujiente y la salsa más sabrosa.

Me despido, pero volveré pronto por aquí. A ver si en campamento hago cosas que pueda subir al Blog. Por su puesto, le pediré al jurado, una gran cantidad de niños, que me den su veredicto, ¡suelen ser muy estrictos! jejeje.


¡Saludos a todos, y que paséis una Feliz Navidad!

miércoles, 31 de octubre de 2012

Muy sano: Pescado a la sal

¡Hola gente!

No hace demasiado que publiqué mi última receta, y aquí os traigo otra facilísima y muy sana. Se trata de cómo hacer pescado a la sal, una forma muy saludable de consumirlo, puesto que no lleva ningún tipo de aceite ni grasa.

Es una receta para pescados en ración, como pueden ser la dorada, que es la que suelo hacer, la lubina, la trucha, el besugo... Esta forma de cocción nos ayudará a guardar todas las propiedades y la jugosidad de nuestro pescado. También se usa para carnes, aunque nunca he probado.


Lo único que necesitaremos es:

  • 1 saco de sal marina gruesa (en el Carrefour venden 2,5 kilos por 90 cent.)
  • 1 ó 2 piezas de pescado, que tengan espacio en una bandeja de horno (yo lo voy a explicar con una dorada)
Cogemos la pieza de pescado fresco, y si no está limpia de entrañas la limpiamos, sin quitarle la cabeza ni nada. Mientras, ponemos el horno a precalentar a 200º C por ambos lados.
Preparamos una bandeja de horno a la que le pondremos papel de aluminio en el fondo para ensuciar menos. Ponemos una fina capa de sal, como si fuera una cama para el pescado.
Ponemos encima nuestro pescado limpio y no demasiado húmedo. Aquí, antes de poner el pescado, eché tomillo sobre la cama de sal para aromatizar un poco.
 Resultado hasta el momento.
Podemos añadir un poco más de tomillo en la superficie del pescado. Después, lo enterramos totalmente sal. Introducimos en el horno a media altura aproximadamente.
Ya tenemos a nuestro bicho bien enterrado y preparado para coger calorcito.
Lo dejamos en el horno unos 35-40 min. (más si nos gusta tostaíto) a 200 grados. Cuando haya pasado ese tiempo, sacamos la bandeja al fregadero de nuestra cocina, y con ayuda de un cuchillo empezamos a desprender la sal, poco a poco, porque el calor la habrá compactado.
Y cuando tengamos nuestro pescado limpio de sal, ¡ya estará listo para comer! 
Aspecto del pescado salido de la montaña de sal.

 En la foto (en la medida en la que lo permite la cámara de mi móvil) podemos ver lo jugoso que queda el pescado.


Como habréis visto, es una receta facilísima, en la que no manchamos nada, y, además, muy muy sana. Quizás, el único inconveniente sea que el pescado fresco no suele ser barato. Una dorada de un tamaño aceptable podríamos encontrarla en las grandes superficies por un precio de entre 3 y 4 euros.

También comentar que aunque se utilice muchísima sal, el pescado no absorbe casi nada de ella. En cierto modo, el pescado quedará un pelín soso en principio. Yo siempre reservo un poquito de sal de la cocción para aderezarlo un poco cuando me lo voy a comer.

Con este tipo de recetas no tenéis excusa para no comer pescado.


Volveré pronto.
¡Un saludo a todo el mundo!

miércoles, 17 de octubre de 2012

Secreto ibérico en salsa de champiñones. ¡Muy rico!

¡Buenas tardes a todos!

Hoy os traigo una receta un poco más elaborada de lo que viene siendo común en mi blog. No por eso es complicada, pero tiene ciertos pasos que pueden resultar un poco pesados si no se está acostumbrado a cocinar.

Antes de todo, voy a comentaros un par de cosas sobre los ingredientes que considero importante, porque, normalmente, al oír ibérico, se suele pensar que la receta va a salir excesivamente cara. Es más, ni mucho menos es cara. Ayer la hice para aproximadamente unas cuatro personas, y todos los ingredientes no salieron por mucho más de 14 €.

1ª recomendación:
La carne de cerdo ibérico se puede encontrar en ciertas superficies comerciales por aproximadamente 8 €/kg. Y no porque sea barata tiene mucha menos calidad que otras. Las veces que la he comprado he quedado bastante satisfecho. El tipo de carne puede variar: ayer usé lagarto ibérico, que viene en tiras y que quizás tenga demasiada grasa para este plato, así que mejor presa o lomo. También existe la opción de usar carne no ibérica, para lo que recomendaría solomillo. Para quien le interese más, os dejo una web para conocer las partes del cerdo.


2ª recomendación:
Los champiñones son los encargados de darle el toque de sabor a la salsa, por lo que son una parte importante. Yo doy dos opciones: la pro, champiñones frescos laminados, o la cutre, los de lata en conserva. La diferencia de precio es más bien poca, pero si quieres economizar existe esa opción.

3ª recomendación:
Los supermercados suelen darnos dos tipos de nata para cocinar: la ligera y la común. Si usamos la ligera el plato tendrá menos cantidad de grasas, pero la salsa final tiende a no quedar homogénea. Con la nata normal, el plato tendrá más calorías por el aporte de grasas, pero el resultado será más apetitoso.


Las recomendaciones son simplemente para que sepáis que existen variantes. Yo voy a pasar a explicaros cómo hice yo la receta. Necesitaremos para 4 personas:
  • 1 kg de presa ibérica
  • Una cebolla grande (yo usé una bolsa de cebolla congelada ya cortada)
  • Champiñones laminados, unos 250 gr.
  • 1/2 litro de nata para cocinar
  • Pimienta en grano
  • Aceite de oliva
  • Caldo de pollo (los que vienen en bricks valen)
  • Vino blanco
  • Sal
Empezamos calentando el aceite en una sartén amplia o cacerola (importante que sea bien antiadherente), llenando el fondo, como si fuéramos a hacer un sofrito, a fuego alto. Cuando esté suficientemente caliente añadimos los filetes, los salpimentamos, y esperamos hasta que se doren y queden sellados.
Los sacamos a un plato cuando estén en su punto sin quitar el aceite, y añadimos la cebolla, picada muy finamente a la sartén, bajando un poco el fuego. Cuando falte poco para que empiece a tomar tono dorado, añadimos los champiñones. Echamos un puñado de pimientas en grano y sal. Nos ayudamos con una cuchara de palo para que los ingredientes se hagan por igual.
Al rato, cuando tome color, volvemos a unir los filetes a la mezcla para que se vayan impregnando del sabor del sofrito. Pasados un par de minutos, sumamos una taza generosa de vino blanco y otra de igual manera de caldo de pollo, intentando que la mayoría de los filetes queden cubiertos por el líquido.
Dejamos unos 15 min. a fuego medio, hasta que se rebaje el alcohol y espese un poco. Entonces, volvemos a retirar los filetes y añadimos la nata mientras removemos hasta conseguir una mezcla homogénea.
Foto de ese preciso instante. ¡Con delantal para la ocasión! jajaja...
Esperamos a que la mezcla reduzca y quede una textura ligeramente cremosa. Cuando vaya llegando ese momento, volvemos a incorporar los filetes para que también tomen un toque suave a nata. Probamos y rectificamos de sal.
Tras 5 minutos a fuego medio para que se asiente todo, ya tendremos lista para comer nuestra receta. Os pongo un par de fotos de las dos veces que la he preparado:
Primera vez, con cabeza de lomo ibérica (no demasiada grasa) y nata para cocinar normal.
La textura de la salsa está bastante conseguida. 

Segunda vez, con lagarto ibérico (nivel de grasa apreciable) y nata para cocinar ligera.
Pierde en la textura por ser más difícil de emulsionar.


Resumiendo, esta ha sido una de esas recetas de las que he aprendido bastante a seleccionar qué ingredientes convienen más o menos para que el resultado final sea uno u otro, cosa que valoro mucho porque así es como se mejora.

Por lo demás, habéis visto que la receta no es demasiado difícil ni cara, pero que tiene el inconveniente de tener que poner y quitar los filetes hasta tres veces si se quiere que guarden el suficiente sabor original y textura. Si nos pasamos de tiempo de cocción para los filetes, pueden acabar más como un guiso de carne que como lo que pretendo que sea, una carne acompañada de una salsa. Lógicamente, podemos no retirar nunca los filetes de la sartén para ahorrarnos trabajo, pero el resultado será distinto y se perderá la esencia de la receta.

Ya, para acabar, darle las gracias a la señorita Aida León, que ayer estuvo echándome una mano en la cocina, y se agradece porque así la verdad es que se ahorra bastante tiempo.


Un saludo a todos.
¡Que tengáis un buen resto de la semana!