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viernes, 27 de abril de 2012

Codillo al estilo alemán

¡Hola a todos!

Perdonad la ausencia de esta semana, pero está siendo muy intensa de estudios y eventos.

Bueno, hoy os voy a dejar una receta nada típica de España, codillo de cerdo asado (gebratene Schweinshaxn). La aprendí en mi estancia en Alemania. Esta receta es fácil, pero requiere de muchísimo tiempo. Además, los codillos en carnicerías con el corte típico alemán (sección de la parte cercana a la rodilla del cerdo con piel y todo) suelen ser difíciles de encontrar y algo caros aquí. Los venden en algunos supermercados envasados al vacío y salmuerizados (Hipercor y en Carrefour no sé si los han retirado, si sabéis de otros sitios comentadlo). Os dejo una foto de qué aspecto tiene envasado:



El detalle de que la pieza del animal conserve su piel es de gran importancia, puesto que al hornearla se quedará muy crujiente y sabrosa, la parte más rica del codillo para mi gusto.

Se le pueden añadir algunas hortalizas al cocido del codillo para después triturarlas y hacer salsa, pero yo voy a explicar sólo lo básico.


Necesitamos para esta receta:

  • Un codillo de cerdo con piel (esta es su apariencia)
  • Granos de pimienta negra
  • Sal
  • Especias al gusto (como tomillo, orégano, laurel... no son necesarias, pero si gustan se pueden usar)

En una olla muy grande, echamos el codillo con mucha sal y los granos de pimienta, y cubrimos de agua de forma sobrada. Ponemos la olla al fuego a máxima potencia para hervir, pero teniendo cuidado de que no rebose y rellenando el agua siempre que baje del nivel del codillo. El tiempo de cocción será de 1 hora y media a 2 horas.
Dejamos hirviendo el tiempo reseñado vigilando de que se cuece por todos lados por igual, y pinchando de vez en cuando el pellejo exterior para comprobar que haya perdido resistencia (debe quedar bastante blandito).
Tras el tiempo en la olla, precalentamos el horno a una temperatura de 200º y ponemos el codillo sobre la rejilla con la bandeja debajo, puesto que suelta mucha grasa que después podremos usar para hacer una salsa de acompañamiento.
El codillo debe soltar bastante grasa, y deberemos darle la vuelta de vez en cuando para que se ponga dorado por todo su exterior. Cuando esté suficiente tiempo sobre un lado, con el uso de un tenedor, veremos que ese lado se habrá tornado crujiente, que es la idea. Mientras, la carne del interior se irá cocinando debidamente y adquirirá una textura muy suave, llegándose a desmoronar con mucha facilidad.
 Cuando haya estado otra hora y media o dos horas en el horno, !estará listo para comer¡



El año pasado tuve la suerte de irme a Alemania de Erasmus, y aprendí a hacer por mi cuenta gran cantidad de comidas. Allí, el kilo de codillo fresco (que es el mejor para preparar este plato que el salmuerizado) costaba sólo 2€, pero no siempre estaba en los supermercados, sólo cuando había oferta. Venden, para acompañar el codillo, unas cajitas con polvos para hacer salsas y acompañar el codillo que estaba muy buena (Bratensosse), pero en España no conozco ningún sitio donde las vendan.

En los restaurantes, además de acompañados de la salsa que he comentado, también venían con unas bolas de puré de patatas un poco gelatinosas, bastante ricas, llamadas Knödel.

Por cierto, la foto de los codillos ya listos es de uno de mis amigos a los que les hice de cenar codillo en mi Erasmus. Fueron Aldo, Max y Patrick. Si leen esto por casualidad, espero que estén muy bien por donde anden ahora y que estén siendo muy felices, ¡se les echa de menos!

Bueno, este fin de semana voy a estar fuera, pero intentaré subir alguna receta porque voy a tener tiempo libre en Málaga, ¡creo yo! jeje.

También, si alguien sabe alguna carnicería por Jerez donde vendan codillos de cerdo frescos con ese corte y con piel, ¡dejadme un comentario!

¡Que paséis buen fin de semana!

jueves, 19 de abril de 2012

Una "lasaña" diferente: Pastel de carne

¡Hola a todos!

Perdonad que estos días haya estado algo desconectado, pero he tenido lío entre estudios, cosas de la casa, y alguna cosilla más por ahí suelta.

Para los que os gusta la lasaña, esta receta seguro que también os gustará, son muy parecidas. La diferencia, a grosso modo, es que el pastel de carne sólo tiene la capa de carne, de puré de patatas y de queso.



Necesitaremos:
  • Una bandeja de 700 g. de carne picada mixta cerdo-ternera
  • Unos 700 g. de tomate natural troceado sin piel (vale el que viene en lata)
  • 2 cebollas medianas-grandes
  • 3/4 de litro de leche
  • Una cucharada grande de mantequilla
  • 200 g. de mozzarella rallada
  • Un par de dientes de ajo
  • Aceite de oliva
  • Pimienta en polvo
  • Sal
  • Azúcar
  • Perejil fresco
  • Una cucharada grande de orégano, no muy llena
  • 4 patatas grandes (yo usé puré de bolsa, una, pero no recuerdo qué cantidad tiene cada bolsa)

Picamos las cebollas y los ajos muy finos. Ponemos una sartén grande (yo usé el wok, para variar, jeje) con el fondo lleno de aceite a calentar a fuego medio-alto. Cuando esté caliente, echamos las verduras picadas.
Vamos moviendo haciendo el sofrito. Después de que poche un poco, añadimos el tomate troceado, removemos, y echamos dos cucharadas pequeñas de azúcar para paliar la acidez del tomate.
Cocemos un poco el tomate y agregamos la carne, mezclando bien todos los ingredientes. Después de mezclar, salpimentamos generosamente ademas de añadir el perejil fresco bien picado y el orégano.
La cocción cuando están todos los ingredientes requiere su tiempo, unos 20 minutos o media hora a fuego medio fuerte, porque el tomate suele soltar mucho líquido que se debe evaporar en su mayoría.
Mientras tanto, vamos haciendo el puré de patatas. Podemos cocer 4 papas grandes durante media hora a fuego fuerte y después pasar por un pasapurés, por la vía rápida, que es usar puré de patatas del de bolsa (yo hice lo segundo, por comodidad y rapidez). Echamos la mantequilla en una olla a fuego medio-fuerte y movemos hasta que se derrita, y añadimos la leche después. Cuando esté a punto de hervir, echamos sal y la bolsa de puré, y removemos enérgicamente. También podemos echarle una pizca de nuez moscada, que le dará un toque de buen gusto.
Cuando esté todo listo, en una fuente cuadrada apta para hornos, vertemos primero el guiso de carne picada, teniendo cuidado de que no quede muy líquido. Después, cubrimos con puré toda la superficie sin dejar huecos. Y, finalmente, ponemos los 200 g. de queso como última cosa (podemos espolvorear con un poco de orégano el queso, pero no es necesario, sólo si os gusta mucho el sabor de la especia).
Precalentamos el horno a 200 grados y colocamos el recipiente a altura media durante 20 minutos para que el queso se funda previamente. Para finalizar, gratinamos al gusto con la función del horno (yo lo dejé unos 10-12 min., creo...). ¡Y listo! Este es el resultado:


Pues bueno, como veis, hay que dedicarle su tiempo a esta receta, pero no es demasiado complicada. Además, con la cantidad de ingredientes que os he dicho, sale una bandeja con unas 10 raciones aproximadamente, y el coste de los ingredientes es de menos de 10€, así que es relativamente económica para la cantidad que sale. Y te ahorras todo el rollo de las placas de pasta de la lasaña, con un resultado parecido.

A ver si en lo que me queda de semana os cuelgo alguna recetilla más para animar el blog.

¡Saludos a todos!

lunes, 16 de abril de 2012

Clásicos de la tierra: Carrillada de cerdo en salsa

!Hola a todos¡

Tras un finde muy ajetreado con un par de cumpleaños de amigos, vuelvo a escribir.

Me ofrecí para cocinar en el cumpleaños del viernes para la cena, y pensé en preparar algo rico, típico y que le gustara a todo el mundo. Carrillada de cerdo en salsa, como la que podemos encontrar en la mayoría de los bares de la provincia.

Es un plato no muy difícil de hacer, puesto que sólo contiene verdura y carne estofada, eso sí, durante un largo periodo de tiempo.

Los ingredientes de esta receta son:

  • Un kilo de carrillada de cerdo sin hueso (en el Mercadona venden paquetes ya listos, pero los cachos son algo grandes para mi gusto, los suelo dividir en dos)
  • Dos cebollas grandes
  • 4 dientes de ajo
  • 2 zanahorias grandes
  • 1 patata grande
  • 1 pimiento verde mediano/pequeño
  • Vino para cocinar
  • Pimienta en grano (yo suelo echarle bastantes porque me gusta el sabor que le da)
  • 3 o 4 clavos de olor (esto, para quien no lo conozca. Hay que tener mucho cuidado para la cantidad de esta especia, tiene un sabor muy fuerte que puede llegar a hacer que nuestro guiso sepa solamente a ella, por eso es aconsejable echar lo justo)
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • 3 pastillas de caldo de carne
Ponemos la carrillada en remojo con el clavo, la pimienta y sal, cubriéndola de vino hasta que quede sumergida, durante una o dos horas. Se puede dejar menos, tampoco pasa nada, pero de esta forma el resultado será más sabroso.
Procedemos a cortar la cebolla en juliana, lo más fina que podamos (después es lo que le dará densidad a la salsa), los ajos sin cáscara con un golpe dado, la zanahoria en rodajas, la patata en cachos de 1 cm aprox., y, finalmente, al pimiento le quitamos el rabito y lo partimos en dos partes, de cabeza a punta.
Ponemos a calentar aceite hasta que tape bien el fondo de la olla (de buen tamaño, será todo más manejable para moverlo), de forma generosa, a fuego medio-alto, y, cuando esté caliente, añadimos la cebolla cortada. Movemos para que vaya pochando, y añadimos los ajos al rato. Seguimos rehogando un poco más de tiempo.
A continuación, separamos la carrillada del vino y la añadimos a la olla a misma potencia. Deberemos mover cada poco tiempo para que la carrillada se selle y contenga su jugo.
Cuando todos los trozos de carne han tomado color por todos sus extremos, añadimos el vino de haber macerado la carne junto con los granos de especias que habíamos puesto junto a ellos. Echamos también una pizca generosa de sal y más pimienta si nos apetece.
Ahora, metemos un vaso de agua (preferiblemente de medio litro aproximadamente), e introducimos tres pastillas de caldo de carne. Lo ponemos en el microondas a máxima potencia durante minuto y medio. Cuando finalice, movemos con una cuchara y lo unimos al guiso. Echamos también el pimiento en este punto.
Movemos para que todos los ingredientes queden bien mezclados, y lo dejamos en el fuego a potencia media-alta (pero más media que alta, un 6 de 9) durante casi una hora. Llegados a este momento, metemos en la olla las patatas y las zanahorias, y dejamos de nuevo otra media hora o tres cuartos de hora al mismo fuego.
Es conveniente vigilar de vez en cuando porque si la olla no es buena, el guiso puede llegar a quedarse demasiado espeso, y se nos puede pegar. Lo suyo sería ir mirando cada 10 minutos, moviendo para que no se pegue y probando de sal para rectificar. 
Cuando estemos cerca de la media hora, no estaría de más el probar la carne para ver su textura. Debe quedar muy suave, que no haga falta cuchillo para partir los trozos, sólo con la ayuda del tenedor.
En el momento en el que la salsa sea lo suficientemente espesa y la textura de la carne óptima, tendremos lista nuestra receta. Si la carne está aún algo "plástica", podemos añadir un poco de agua y dejarlo más tiempo al fuego, pero normalmente no suele hacer falta. La foto no es mía, pero el resultado no era muy diferente a este:



Hacer esta receta no es nada del otro mundo, pero hace falta paciencia para ir comprobando cuánto queda para que esté lista, y saber manejar la proporción espesor de la salsa - textura de la carne.

A la gente que la probó el viernes le gustó mucho, ¡así que ya sabéis!
¡Saludos a todos y buena semana!

jueves, 12 de abril de 2012

Filetitos de cerdo con otro estilo

Para los verdaderos amantes de la carne, somos capaces de comernos casi cualquier bicho que haya tenido una vida en el campo, ya hiciera "muuuuu...", "pio pio" u "oing oing". Nunca le diremos que no a unos buenos filetitos de lomo a la plancha con patatas, pero hay veces que saborear siempre lo mismo puede llegar a ser un poco aburrido...

Pero os aseguro que eso tiene muy fácil solución, siempre que tengamos unos palillos de dientes de toda la vida (también vale cuerda para cocinar, pero es más raro tener esto en casa). Los demás ingredientes que usaremos son un poco cuestión de lo que nos apetezca en el momento.

Lo que hay que hacer es tan sencillo como coger el filete de cerdo (recomiendo cinta de lomo, por precio, por tener poca grasa, porque normalmente viene cortada fina, sin rebabas, de una pieza y sin agujeros, y porque se dejan manejar y estirar bastante bien sin llegar a romperse), rellenarlo de algún embutido, queso, verdura, o lo que queramos, y cerrarlo con un palillo.


Lo que yo he usado en esta ocasión ha sido:

  • Filetes de cinta de lomo
  • Queso rallado (vale cualquier otro tipo de queso o ingrediente)
  • Jamón serrano (o cualquier otra cosa)
En un plato o superficie, estiramos uno de los filetes con cuidado de no cargárnoslo.
En uno de los extremos más anchos, colocamos el jamón en tiras y después el queso encima, sin que quede demasiado cerca de los laterales del filete para que no se salgan los ingredientes a la sartén (sobre todo, el queso), así, cuando procedamos a comer, saldrán los ingredientes de tipo cremoso al cortar el rollito y no antes.

Con cuidado de que los ingredientes no sobresalgan, enrollamos el filete. Cuando esté el rollito hecho, clavamos un palillo en el extremo que queda libre, como si pusiéramos un alfiler de costura a unos pantalones para cogerle el dobladillo.

Cuando hayamos acabado con todos los rollitos, ponemos un poco de aceite en una sartén a fuego medio, y vamos añadiéndolos. El fuego no debe estar muy fuerte, para que no se hagan los filetes sin que los ingredientes de dentro se hayan cocinado bien.
Vamos dándole vueltas hasta que vemos que los rollos se doran por todos los lados. En ese momento, ya tendremos nuestra receta lista para comer. 


Así de fácil, y en 5 minutos, hemos hecho que un filete de lomo se convierta en algo diferente, sin necesidad de tener muchos conocimientos ni maña. Con las ganas de comer cosas distintas nos sobra y nos basta.

Además, es otra receta que acepta multitud de modificaciones. Como más me gusta a mí es relleno de chistorra y empanado, pero no es muy aconsejable si no te quieres poner gordo, jeje.



Bueno, y ya la hora que es va siendo momento de almorzar, ¡que tengo hambre!

¡Saludos a todos! 

martes, 10 de abril de 2012

Una mítica: ¡Pollo con almedras!

¡Hola a todos de nuevo!

Hace ya bastante tiempo, experimentando con unas sobras de un pollo entero que andaba haciendo en salsa, empecé a pensar... ¿qué podía hacer para aprovechar esos pequeños trocitos de pollo que aún quedaban cerca de los huesos después de haberlo despiezado?

Una opción sencilla hubiera sido hacer un caldo echando todo en agua con alguna que otra verdura (que más adelante daré una recetilla de una sopa bien rica a base de pollo y jamón, con lo que después podremos hacer croquetas). Otra opción posible era la de saltear los trozos con algún tipo de verdura, cosa que finalmente decidí y que dio un resultado que me gustó bastante.

Usando de base de sofrito pimiento y cebolla, se puede conseguir que tus platos de carne de cualquier tipo queden muy sabrosos. Partiendo de esa mezcla, podemos añadir más verduras y algunas especias para darle diferentes toques al gusto de cada uno.

También comentar que esta es una receta con un tiempo de preparación relativamente rápido, pero requiere de un poco de manipulación (lavar y cortar) de la verdura y de la carne previa a cocinarla.


Os voy a explicar los pasos que siempre uso cuando preparo este plato para que quede a mi gusto, que dan como resultado un ligero toque asiático, pero sin salir de lo tradicional. Los ingredientes necesarios para una persona son:

  • Carne de pollo sin hueso, entre 150 y 200 gramos (preferiblemente que sea muslo o contramuslo deshuesado, porque la pechuga tiende a quedar más seca y a soltar menos jugo en la cocción)
  • Un puñado de almendras
  • Una cebolla mediana
  • Un pimiento mediano
  • Una pizca de pimienta
  • Salsa de soja (la típica de color negro que venden en todos los supermercados)
  • Sal
  • Aceite de oliva

Para empezar, lavamos y cortamos el pimiento en tiras finas y alargadas, la cebolla en juliana separando bien las capas después, y el pollo en tacos de entre 2 y 3 cm aproximadamente.
Echamos en una sartén (preferiblemente de tipo wok) aceite hasta cubrir el fondo generosamente y lo calentamos a fuego medio. Aquí, cuando dispongo de ellas porque no es necesario, echo una pastilla de Esencias 4 Pimientas, que no es más que una mezcla de pimientas y aceite de oliva, que dejamos derretir en el aceite a fuego medio, balanceando de vez en cuando el recipiente para que se vaya disolviendo y expandiendo en el mismo. 
Cuando el aceite está caliente a fuego medio (si hemos echado la pastilla, esperamos a que se disuelva), añadimos las almendras y las freímos, moviéndolas de vez en cuando, hasta que se tornen marrones, pero sin quemarlas.
Subimos el fuego a temperatura media-alta (más alto que medio, un 7,5 u 8 de 9 en una placa de inducción) e incorporamos las verduras. En este paso es importante remover y saltear durante el tiempo suficiente para que las verduras se cocinen bien pero sin llegar a que pochen o se doren excesivamente.
Pasado este punto, unimos el pollo junto con sal al gusto y una pizca de pimienta. Hay que zarandear enérgicamente el wok para que el pollo se selle por todos los sitios y se quede jugoso por dentro. Si vemos que se queda poco aceite podemos poner un poco más, esto es más bien cuestión de gusto.
Cuando vemos que el pollo se ha tornado de rosa a blanco en su totalidad, añadimos un chorrito de salsa de soja, seguimos saltean y moviendo para que todos los ingredientes se mezclen y se bañen homogéneamente en la salsa que se forma con el jugo de la verdura, el pollo y la salsa de soja. Si nos gusta la salsa espesa, podemos añadir una cucharada sopera (o lo que queráis, dependiendo del resultado que busquéis) de maizena para ganar densidad sin perder sabor, removiendo para evitar grumos. 
Y en un par de minutos ya tendremos nuestro plato listo, con un resultado parecido a este:



Como podéis comprobar, no es una receta ni difícil, ni cara ni que requiera un tiempo excesivo. Son ingredientes típicos que casi todo el mundo tiene en casa, menos las almendras y quizás la salsa de soja (que es opcional, para darle un aire oriental).

Además, está abierta a un mundo de posibilidades enormes en cuanto a añadirle más ingredientes. Si os gustan los toques más orientales, os aconsejo probar a añadirle verduras como puerro, zanahorias y algún tipo de seta, y especias como jengibre, ajonjolí (sésamo)... hasta un poco de aceite de sésamo, que podréis encontrar en las tiendas alimentación regentadas por chinos que ahora están apareciendo por todos lados cual estallido primaveral y que sirven para algo más que comprar botellón a horas poco legales... jajajaja.

También, aviso, que esta receta es algo engañosa. Pillar los tiempos de cocción exactos de cada uno de los ingredientes requiere algo de práctica (al menos a mí me costó algún intento que otro). Os animo a que probéis a hacerla alguna vez, ¡que no cuesta nada!

¡Saludos a todo el mundo!
¡Recordad que no muerdo si opináis! jeje.

lunes, 9 de abril de 2012

Sopa de mar rápida

Cuando uno es estudiante o trabaja, tiene poco tiempo para cocinar... o simplemente no le agrada hacerlo, esta puede ser una receta muy conveniente. Además, los ingredientes no son caros para la cantidad de veces que puedes hacer esta comida.

Se trata de una sopa rápida y muy gustosa, pero no demasiado nutritiva, aunque se podría modificar para que sí lo fuera, aunque subiría un poco el precio al usar ingredientes de mejor calidad y el tiempo de preparación.


Para la versión rápida y básica, necesitaremos lo siguiente:

  • Una bolsa de congelado para paella (de esas con gambas, almejas, mejillones, chocos... yo la suelo pillar en el Mercadona)
  • Pastillas de caldo de pescado
  • Ajo en polvo (del que viene en los botes típicos de especias)
  • Cebolla en polvo (ídem)
  • Perejil
  • Pimentón dulce
  • Un poco de sal
  • Aceite de oliva (suficiente para cubrir el fondo de una olla)
  • Pimienta (si se quiere dar un toquecito picante, que a mí me agrada bastante)
Antes de empezar a hacer la sopa, tenemos que tener en cuenta cuánta queremos. Yo siempre me baso en la cantidad que trae la bolsa, en este caso, la bolsa de arreglo para paella y sopa de pescado del Mercadona (menos de 4€) trae 750g. Con un tercio de la bolsa tendríamos para 2 personas.

Para empezar, ponemos una olla a fuego medio-alto con el fondo lleno de aceite, y esperamos a que se caliente.

Cuando esté caliente, agregamos el tercio de la bolsa de preparado (si el pescado está aún congelado, mejor). Removemos para que todo el pescado vaya soltando el jugo y no se queden restos pegados en el fondo.

Pasados unos 5 minutos, cuando el pescado haya cambiado de color por el calor y haya soltado el jugo, echamos agua hasta que sobrepase un par de dedos la altura del pescado.

Movemos y dejamos que el agua coja temperatura, y añadimos un par de pastillas de caldo de pescado, una cucharada sopera de cebolla en polvo, otra de ajo en polvo, una cucharada pequeña de perejil, otra pequeña de pimentón y una pizca de sal. Si queremos el toque picante, una pizca de pimienta en este punto.

Mezclamos bien los ingredientes durante un par de minutos y seguimos dejando reposar a fuego medio-alto durante algo menos de 10 minutos, ¡y nuestra sopa estará lista y preparada para comer!

Cada vez que haga mis recetas, intentaré al menos hacerle una foto con el móvil al resultado, que me parece un poco "gitano" andar buscando y colgando fotos que no son mías, así que lo tendré en cuenta para el futuro. Nos debería dar un resultado aproximado a este:

 

Como habréis visto, es una receta muuuyyyyyyy sencilla y no demasiado cara, puesto que con una bolsa de arreglo de pescado te da para 6 platos y puede que hasta más.

Ahora, si queréis algo más consistente, también podéis comprar algo de panga o otro pescado blanco del estilo, y añadírselo un poco antes de añadir el agua, con lo que el sabor no variará pero sería una comida más completa, sobre todo para los estudiantes que para comer pescado compran panga congelada y sólo se la comen a la plancha.

Si queremos que sea aún más nutritiva, podemos cambiar los ingredientes en polvo por ingredientes frescos finamente picados y el caldo en pastillas por caldo de pescado casero o al menos de brick, pero el tiempo de preparación aumentaría exponencialmente, y perdería el concepto de rapidez y sencillez.



Bueno, espero que os haya gustado mi primera entrada oficial, y que yo me vaya arrancando y poniendo cosas con más frecuencia. Espero también opiniones de la gente, y os animo a que cualquier día que os dé la picada, probéis a hacer este plato, que es muy fácil y barato.

¡Muchos saludos!