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martes, 18 de diciembre de 2012

Rica carne asada: Lomo de cerdo en salsa de miel y mostaza

¡Hola a todos!

Tras un tiempo muy liado, ya estoy aquí de vuelta. Las últimas asignaturas que me quedan para acabar la carrera y alguna que otra cosa más me tienen bastante entretenido en estos tiempos.

También comentar que del 26 al 29 de Diciembre, mis amigos Scouts han querido contar conmigo para que les haga de cocinero en un campamento, con ayuda de otros 2 amigos más... ¡hacerle de comer a casi 100 personas! Va a ser un gran reto.

Bueno, dejemos la parte más personal para comentaros esta receta muy fácil y resultona, apta para las fechas que se nos vienen encima. Los ingredientes los venden en todos lados y no son para nada caros, así que doblemente fácil.

Lo que tendremos que tener en cuenta es que hace falta  horno y una fuente apta y de buen tamaño, es lo que debemos tener en cuenta previamente, además de papel albal.


Vamos a necesitar los siguientes ingredientes:

  • Un lomo de cerdo grande
  • Mostaza de la típica que venden en bote
  • Miel
  • Pimienta en grano (si no tenemos mucho tiempo para que macere, pues molida)
  • Pimienta molida
  • Sal
  • Un poco de vinagre blanco
  • Aceite de oliva
  • Agua
  • Hierbas provenzales o finas hierbas (las que más nos gusten, para aromatizar)
Primero, preparamos la mezcla en la que bañaremos la carne. En un vaso ancho, echamos una parte de miel por cada dos de mostaza, una cucharadita de sal, una de pimienta en grano, otra de hierbas, un dedo de agua, una cucharada grande de vinagre y otra de aceite de oliva. Mezclamos bien todo y dejamos reposar un par de horas.
Cogemos el lomo de cerdo, y por la parte en la que lleva la capa de grasa hacemos unos cortes, no demasiado profundos, de forma que dejemos esa parte de la superficie con forma de una malla de cuadraditos (en la foto final podréis apreciar mejor la forma). Después, lo salpimentamos.
Precalentamos el horno al máximo y untamos el fondo de la fuente que vayamos a usar con aceite. Con ayuda de un pincel o algo parecido, embadurnamos el lomo muy bien y lo ponemos en la fuente.
¡Atención! que este paso es el que hará que no se nos seque la carne. Cubrimos la fuente con papel albal, al que le haremos boquetes con ayuda de un cuchillo o tenedor en la superficie. Lo introducimos en el horno y bajamos la temperatura a 180º C. El papel hará que se conserve el líquido y la cocción se haga mejor, dando un resultado más jugoso.
Cada 15 - 20 minutos, lo sacamos y damos una mano de salsa generosa por la parte superior. Lo mantendremos aproximadamente una hora así. Cuando pase la hora retiramos el papel albal y subimos a 200º la temperatura, dejando que gratine la parte superior y reduzca un poco el jugo al gusto. Y ya tendremos listo nuestro lomo al horno, con esta pinta:

 La carne adquiere un punto de caramelizado muy sabroso.


 Dependiendo del tiempo que conserve el papel albal y las veces que le añada de la mezcla, la salsa quedará diferente.
 
Espero que os haya gustado la receta y el resultado, y os animo a todos a que la probéis. Ahora, en Navidad, es una receta que no desentona nada y que suele gustarle a todo el mundo. Poco esfuerzo, ingredientes baratos y un resultado de genial.

También se puede hacer con otro tipo de carne que no sea lomo, como costillas. Yo aconsejo una carne que tenga algo de grasa, como la capa del lomo, así queda más crujiente y la salsa más sabrosa.

Me despido, pero volveré pronto por aquí. A ver si en campamento hago cosas que pueda subir al Blog. Por su puesto, le pediré al jurado, una gran cantidad de niños, que me den su veredicto, ¡suelen ser muy estrictos! jejeje.


¡Saludos a todos, y que paséis una Feliz Navidad!

miércoles, 31 de octubre de 2012

Muy sano: Pescado a la sal

¡Hola gente!

No hace demasiado que publiqué mi última receta, y aquí os traigo otra facilísima y muy sana. Se trata de cómo hacer pescado a la sal, una forma muy saludable de consumirlo, puesto que no lleva ningún tipo de aceite ni grasa.

Es una receta para pescados en ración, como pueden ser la dorada, que es la que suelo hacer, la lubina, la trucha, el besugo... Esta forma de cocción nos ayudará a guardar todas las propiedades y la jugosidad de nuestro pescado. También se usa para carnes, aunque nunca he probado.


Lo único que necesitaremos es:

  • 1 saco de sal marina gruesa (en el Carrefour venden 2,5 kilos por 90 cent.)
  • 1 ó 2 piezas de pescado, que tengan espacio en una bandeja de horno (yo lo voy a explicar con una dorada)
Cogemos la pieza de pescado fresco, y si no está limpia de entrañas la limpiamos, sin quitarle la cabeza ni nada. Mientras, ponemos el horno a precalentar a 200º C por ambos lados.
Preparamos una bandeja de horno a la que le pondremos papel de aluminio en el fondo para ensuciar menos. Ponemos una fina capa de sal, como si fuera una cama para el pescado.
Ponemos encima nuestro pescado limpio y no demasiado húmedo. Aquí, antes de poner el pescado, eché tomillo sobre la cama de sal para aromatizar un poco.
 Resultado hasta el momento.
Podemos añadir un poco más de tomillo en la superficie del pescado. Después, lo enterramos totalmente sal. Introducimos en el horno a media altura aproximadamente.
Ya tenemos a nuestro bicho bien enterrado y preparado para coger calorcito.
Lo dejamos en el horno unos 35-40 min. (más si nos gusta tostaíto) a 200 grados. Cuando haya pasado ese tiempo, sacamos la bandeja al fregadero de nuestra cocina, y con ayuda de un cuchillo empezamos a desprender la sal, poco a poco, porque el calor la habrá compactado.
Y cuando tengamos nuestro pescado limpio de sal, ¡ya estará listo para comer! 
Aspecto del pescado salido de la montaña de sal.

 En la foto (en la medida en la que lo permite la cámara de mi móvil) podemos ver lo jugoso que queda el pescado.


Como habréis visto, es una receta facilísima, en la que no manchamos nada, y, además, muy muy sana. Quizás, el único inconveniente sea que el pescado fresco no suele ser barato. Una dorada de un tamaño aceptable podríamos encontrarla en las grandes superficies por un precio de entre 3 y 4 euros.

También comentar que aunque se utilice muchísima sal, el pescado no absorbe casi nada de ella. En cierto modo, el pescado quedará un pelín soso en principio. Yo siempre reservo un poquito de sal de la cocción para aderezarlo un poco cuando me lo voy a comer.

Con este tipo de recetas no tenéis excusa para no comer pescado.


Volveré pronto.
¡Un saludo a todo el mundo!

miércoles, 17 de octubre de 2012

Secreto ibérico en salsa de champiñones. ¡Muy rico!

¡Buenas tardes a todos!

Hoy os traigo una receta un poco más elaborada de lo que viene siendo común en mi blog. No por eso es complicada, pero tiene ciertos pasos que pueden resultar un poco pesados si no se está acostumbrado a cocinar.

Antes de todo, voy a comentaros un par de cosas sobre los ingredientes que considero importante, porque, normalmente, al oír ibérico, se suele pensar que la receta va a salir excesivamente cara. Es más, ni mucho menos es cara. Ayer la hice para aproximadamente unas cuatro personas, y todos los ingredientes no salieron por mucho más de 14 €.

1ª recomendación:
La carne de cerdo ibérico se puede encontrar en ciertas superficies comerciales por aproximadamente 8 €/kg. Y no porque sea barata tiene mucha menos calidad que otras. Las veces que la he comprado he quedado bastante satisfecho. El tipo de carne puede variar: ayer usé lagarto ibérico, que viene en tiras y que quizás tenga demasiada grasa para este plato, así que mejor presa o lomo. También existe la opción de usar carne no ibérica, para lo que recomendaría solomillo. Para quien le interese más, os dejo una web para conocer las partes del cerdo.


2ª recomendación:
Los champiñones son los encargados de darle el toque de sabor a la salsa, por lo que son una parte importante. Yo doy dos opciones: la pro, champiñones frescos laminados, o la cutre, los de lata en conserva. La diferencia de precio es más bien poca, pero si quieres economizar existe esa opción.

3ª recomendación:
Los supermercados suelen darnos dos tipos de nata para cocinar: la ligera y la común. Si usamos la ligera el plato tendrá menos cantidad de grasas, pero la salsa final tiende a no quedar homogénea. Con la nata normal, el plato tendrá más calorías por el aporte de grasas, pero el resultado será más apetitoso.


Las recomendaciones son simplemente para que sepáis que existen variantes. Yo voy a pasar a explicaros cómo hice yo la receta. Necesitaremos para 4 personas:
  • 1 kg de presa ibérica
  • Una cebolla grande (yo usé una bolsa de cebolla congelada ya cortada)
  • Champiñones laminados, unos 250 gr.
  • 1/2 litro de nata para cocinar
  • Pimienta en grano
  • Aceite de oliva
  • Caldo de pollo (los que vienen en bricks valen)
  • Vino blanco
  • Sal
Empezamos calentando el aceite en una sartén amplia o cacerola (importante que sea bien antiadherente), llenando el fondo, como si fuéramos a hacer un sofrito, a fuego alto. Cuando esté suficientemente caliente añadimos los filetes, los salpimentamos, y esperamos hasta que se doren y queden sellados.
Los sacamos a un plato cuando estén en su punto sin quitar el aceite, y añadimos la cebolla, picada muy finamente a la sartén, bajando un poco el fuego. Cuando falte poco para que empiece a tomar tono dorado, añadimos los champiñones. Echamos un puñado de pimientas en grano y sal. Nos ayudamos con una cuchara de palo para que los ingredientes se hagan por igual.
Al rato, cuando tome color, volvemos a unir los filetes a la mezcla para que se vayan impregnando del sabor del sofrito. Pasados un par de minutos, sumamos una taza generosa de vino blanco y otra de igual manera de caldo de pollo, intentando que la mayoría de los filetes queden cubiertos por el líquido.
Dejamos unos 15 min. a fuego medio, hasta que se rebaje el alcohol y espese un poco. Entonces, volvemos a retirar los filetes y añadimos la nata mientras removemos hasta conseguir una mezcla homogénea.
Foto de ese preciso instante. ¡Con delantal para la ocasión! jajaja...
Esperamos a que la mezcla reduzca y quede una textura ligeramente cremosa. Cuando vaya llegando ese momento, volvemos a incorporar los filetes para que también tomen un toque suave a nata. Probamos y rectificamos de sal.
Tras 5 minutos a fuego medio para que se asiente todo, ya tendremos lista para comer nuestra receta. Os pongo un par de fotos de las dos veces que la he preparado:
Primera vez, con cabeza de lomo ibérica (no demasiada grasa) y nata para cocinar normal.
La textura de la salsa está bastante conseguida. 

Segunda vez, con lagarto ibérico (nivel de grasa apreciable) y nata para cocinar ligera.
Pierde en la textura por ser más difícil de emulsionar.


Resumiendo, esta ha sido una de esas recetas de las que he aprendido bastante a seleccionar qué ingredientes convienen más o menos para que el resultado final sea uno u otro, cosa que valoro mucho porque así es como se mejora.

Por lo demás, habéis visto que la receta no es demasiado difícil ni cara, pero que tiene el inconveniente de tener que poner y quitar los filetes hasta tres veces si se quiere que guarden el suficiente sabor original y textura. Si nos pasamos de tiempo de cocción para los filetes, pueden acabar más como un guiso de carne que como lo que pretendo que sea, una carne acompañada de una salsa. Lógicamente, podemos no retirar nunca los filetes de la sartén para ahorrarnos trabajo, pero el resultado será distinto y se perderá la esencia de la receta.

Ya, para acabar, darle las gracias a la señorita Aida León, que ayer estuvo echándome una mano en la cocina, y se agradece porque así la verdad es que se ahorra bastante tiempo.


Un saludo a todos.
¡Que tengáis un buen resto de la semana!

miércoles, 10 de octubre de 2012

¡Estamos de vuelta con un Adobo para Carnes!

¡Hola de nuevo a todos!

Tras un tiempo desconectado del proyecto, vuelvo con intención de quedarme para que, sobre todo, los estudiantes, tengáis nuevas ideas para este comienzo de curso comáis platos fáciles y ricos.

Hoy os voy a dejar una fórmula para darle a vuestros platos de carne un toque diferente. Un adobo de los de siempre, muy típico en España, que convertirá vuestros filetes de siempre en algo mucho más gustoso. Aconsejo usarlo con alitas de pollo y chuletas de aguja de cerdo.


 Para un kilo de alitas de pollo, lo ingredientes necesarios son:

  • 1 kilo de alitas de pollo
  • Vinagre de vino (del que tenemos todos en casa)
  • Pimentón (en principio dulce, pero se puede echar picante también teniendo en cuenta lo que supone)
  • Orégano (bastante cantidad)
  • Una cabeza de ajo
  • Sal
  • Agua
  • Pimienta en grano

Para empezar, pelamos los ajos y los añadimos a un mortero (o recipiente que nos permita machacarlos con algún utensilio, como puede ser un plato hondo y una botella de vidrio).
Pasamos a echar junto con los ajos, entre 4 o 5 cucharadas de pimentón, otras 3 o 4 cucharadas de orégano, y una cucharada de sal gruesa.
Comenzamos a moler a la vez que vamos aportando vinagre a la mezcla. No es necesario que quede homogéneo, lo importante es que los ingredientes queden bien troceados y esparcidos. Y la cantidad de vinagre debe ir siendo la suficiente para que podamos esparcir los ingredientes con facilidad.
Cuando el potingue esté listo, tomamos un recipiente grande de tipo olla o tupper. Agregamos las alitas en el recipiente, junto con una generosa cantidad de sal (puesto que al fin y al cabo, el resultado final es un macerado) y la pimienta en grano también en buena cantidad (un par de cucharadas soperas, menos si hemos usado pimentón picante). Unimos la mezcla del mortero al recipiente, y vamos añadiendo vinagre al mortero para extraer los ingredientes que queden fijados en su superficie interior, ayudándonos del machacador.
Si el resultado de lo anterior no cubre de líquido al menos hasta la mitad de las alitas, añadimos un vaso de vinagre junto con una cucharadita de café de pimentón dulce y otra de orégano hasta que esto suceda. Llegados a ese momento, rellenamos de agua hasta que cubra.
Mezclamos bien con ayuda de las manos, lo tapamos, y reservamos en el frigorífico al menos 4 horas como mínimo, y no más de un par de días, si no las alitas tomarán demasiado líquido.
Pasado el tiempo, podemos comerlas a la plancha, pero como más buenas están es en la barbacoa sin duda. Os dejo una foto previa a pasarlas por la barbacoa, aunque yo usé contramuslo deshuesado.

Y aquí otra foto de una vez que hicimos la receta en una barbacoa, aunque se nos fue la mano con el tiempo que estuvieron en el fuego, pero aún así estaban buenas, os lo aseguro.



Espero que os haya gustado la idea. Sobre todo, para los estudiantes y gente con poco tiempo, que suelen comprar las bandejas de filetes o chuletas, viene muy bien para adobarlas y congelarlas. Y los ingredientes los tenemos todos en casa, y son de los más baratos que venden en el supermercado, así que no tenéis razón para no ponerla en práctica.

Y lo dicho anteriormente: a la plancha están buenas, a la barbacoa mucho mejor. Podéis quedar muy bien llevando un arsenal de chuletas con un rico adobo hecho por vosotros mismos. Os vale para carnes como pavo, pollo o cerdo, pero !también para pescado blanco!

Espero que sigáis enganchados al blog y os pueda aportar muchas ideas a la hora de alimentaros. Intentaré pasarme de vez en cuando para dejar entradas nuevas.


¡Saludos a todos!

miércoles, 15 de agosto de 2012

Hoy, pescado en salsa verde

¡Buenas a todos!

Perdonad la dejadez, pero la mezcla de verano y estudio es algo mala y no ayuda para nada a la constancia de mi pequeño proyecto, disculpad el abandono.

Hoy os traigo un plato muy bueno para esas personas a las que les gusta comer pescado y normalmente lo hace a la plancha o de otra forma típica.

Es muy fácil, muy rápido y no hace falta dejarse mucho dinero ni ensuciar demasiado.

La salsa verde (española) se usa normalmente como aderezo de marisco y pescado, pero podéis probarla con otro tipo de comidas.


Los ingredientes son pocos y muy básicos:

  • Una pieza de pescado, normalmente blanco (merluza, panga, bacalao..., yo usé el primero)
  • Ajo, unos 5 dientes, muy picado (yo usé directamente congelado)
  • Perejil (en polvo vale, pero yo usé en polvo y un poco del natural)
  • Media pastilla de caldo de pescado
  • Sal
  • Aceite de oliva (al menos el tercio de una taza)
  • Harina (yo usé maicena, pero lo hice un poco a mi estilo)
  • Un chorro de vino blanco
Si no tenemos los ajos troceados, pasamos a picarlos finamente. Cuando los tengamos listos, ponemos a fuego medio (5 de 9) el aceite junto al ajo.
Dejamos que vaya soltando sustancia. Mientras, introduciremos una taza a la mitad de agua junto con la pastilla de caldo de pescado en el microondas a máxima potencia durante minuto y medio. Cuando acabe, sacamos la taza y removemos el contenido para que la pastilla se disuelva bien.
Pasamos a introducir el pescado, troceado debidamente para que no se parta al voltearlo (aquí la gente suele enharinarlo, pero yo he usado otro método más limpio que ahora explicaré), en la sartén, haciendo hueco entre los ajos, y mantenemos a fuego medio.
Mientras se cuece un poco el pescado, lo que yo hice, con la taza de agua con caldo aún caliente, eché un par cucharada sopera de maicena, con intención de hacer un poco más consistente la mezcla final. Tras su disolución en el agua, esperamos a que el pescado se haga unos minutos, por ambos lados.
Tras esto, añadimos el contenido de la taza en la sartén, junto con un chorro de vino blanco, bastante perejil, y sal. Intentamos homogeneizar los ingredientes líquidos del recipiente, teniendo cuidado de no partir el pescado.
Dejamos unos 4 ó 5 minutos más por cada lado para que todo se unifique y el pescado termine de hacerse, y ya tendremos nuestro plato listo. Preparad el pan, porque la salsa que queda está ¡tremenda!



El resultado final, comparado con comerse una porción de merluza a la plancha, merece la pena. Yo le añadí también unas gambas que tenía en el congelador.

Esta receta es muy válida para estudiantes, puesto que esto os evitará tener que comer pescado a la plancha más un primer plato o guarnición que llene. El plato en sí es potente y sacia bastante, sobre todo con los sopones de pan en la salsa.

Como última cosa a tener en cuenta, sumando el tiempo en hacerlo, no se tarda mucho más de 15 minutos si vais encadenando los tiempos de espera con el paso siguiente. Y el incremento del precio sobre uno de pescado a la plancha es de incluso menos de 50 céntimos.

Os animo a que la próxima vez que tengáis pescaíto en casa le deis un poco de caña y lo probéis de este modo.


Espero que no pase demasiado tiempo entre esta receta y la que vuelva a subir, ¡que si no se me os desengancháis! jajaja.

Muchos saludos a todos
¡Y a seguir disfrutando de lo que queda de verano, los que podéis! ;)

domingo, 29 de julio de 2012

Fácil y muy rica: Brochetas de gambones

¡Hola a todos de nuevo!

Disculpad que no publique con demasiada regularidad, pero esto del verano da para muchas cosas que hacer menos para estar en casa, y cuando uno está en casa tiene que estudiar.

La receta de hoy se me ocurrió en un momento de esos en los que tengo que cocinarme algo para cenar y no me apetece hacerlo como siempre, así que improviso un poco. El único inconveniente que le veo a esta receta puede ser el precio, ya que los gambones y casi cualquier tipo de gamba o langostino llegan a ser bastante caros en los supermercados, pero siempre podremos tener la receta en cuenta para ocasiones especiales en las que queramos darnos un homenaje.


Para hacer este plato necesitaremos:

  • Gambones (la cantidad que os apetezca)
  • Pimiento verde (dependiendo de la cantidad de gambones)
  • Cebolla (lo mismo que el pimiento)
  • Sal
  • Pimienta
  • Aceite de oliva
  • Palos para pinchito o palillos de dientes

Empezamos pelando los gambones (esto es lo más trabajoso de toda la receta). Cuando los hayamos pelado todos, los vamos ensartando por la cabeza y por la cola en un palillo de dientes cada uno, que era lo que yo tenía a mano.
Cortamos la cebolla y el pimiento en cuadrados aproximadamente de un centímetro por un centímetro. Pasamos a poner en un extremo del palillo que ya tenga un gambón pinchado, un cuadrado de cebolla por un lado y otro de pimiento por el otro.
Al terminar con todas las brochetas, las salpimentamos al gusto, y ponemos en una sartén o parrilla un chorrito de aceite, a fuego medio. Os pongo una foto del paso previo a cocinar las brochetas:

Pasamos a poner las brochetas en la sartén o parrilla, con mucho ojo de ir dándole vueltas de vez en cuando para que no se quemen por ningún lado y se hagan perfectamente por dentro. 
En unos 5 minutos tendremos listo nuestro plato. Si queremos acompañarlo con alguna salsa, la de soja es una buena opción que resaltará el gusto de nuestras brochetas. El resultado final es el siguiente:



Como habéis comprobado, es un plato nada difícil de hacer y que no lleva casi nada de tiempo. Si somos un poco habilidosos en la cocina, no se le echan ni 15 min.

El inconveniente del precio, cuando usemos marisco, casi siempre va a estar ahí. Pero siempre podremos sustituir las gambas por algún tipo de carne (pollo o cerdo), que es más barata. Aunque realmente lo peculiar de esta receta es el contraste del sabor de los gambones con el toque de verdura.

Además, si se hace en palillos de dientes, queda genial para poner un plato en el centro de la mesa como aperitivo y comerse la pequeña brocheta de una vez sin problemas y sin ensuciar cubiertos.

Bueno, espero que os haya gustado y que alguna vez intentéis hacerla y me comentéis qué os parece. A mí me gustó mucho el resultado, y estoy seguro de que si lo probáis también os gustará.

Espero poder volver a escribir otra receta pronto, que no es porque me falten, es más bien que no paro, jejeje.

Seguid disfrutando del verano.
¡Un saludo a todos mis seguidores!

jueves, 12 de julio de 2012

¡Hola de nuevo! os traigo Salsa Chimichurri

¡Hola a todos de nuevo!

Tras este periodo de descanso, vuelvo a poner esto en marcha, que ya tocaba, jeje.

Volveré de nuevo a intentar poner un par de recetas por semana al menos. Y os invito a que participéis opinando y compartiendo las recetas que os gusten en vuestros perfiles en las redes sociales.

Hoy vamos a hacer algo facilito, la conocida salsa argentina llamada Chimichurri. Es muy muy fácil hacerla y además hay que dedicarle poco tiempo y esfuerzo. Muy válida para estudiantes que se hacen filetes de carne a la plancha y no saben con qué aderezarlos, esta es una forma muy sabrosa, y se conserva en el frigorífico durante un tiempo considerable.


Se puede hacer de muchas formas y cambiando los ingredientes, la mayoría cosas que tenemos siempre en casa. Yo os voy a poner la receta como yo la hice. Para ello, necesitaréis:

  • 3 dientes de ajo
  • Una cucharadita de pimentón (dulce o picante, dependiendo de si os gusta el pique)
  • Una cucharada grande de orégano picado (mejor si es fresco)
  • Una cucharada y media grande de perejil bien picado
  • Una cucharadita de tomillo picado (mejor si es fresco)
  • Un par de guindillas o un chile bien picado
  • Una hoja de laurel
  • Media taza de aceite de oliva
  • 1/4 de taza de vinagre
  • 1/4 de taza de agua
  • Una pizca de pimienta
  • Sal
Ponemos en una olla a fuego medio el aceite y el vinagre juntos, y removemos bien con unas varillas para que queden muy bien mezclado.
Cuando empiece a hervir, añadimos el ajo picado lo más finamente que podamos, el pimentón, el orégano, el tomillo, el perejil, la guindilla o chile también muy bien picado, la pimienta, sal al gusto, y finalmente el agua. Movemos muy bien la mezcla de nuevo con las varillas y dejamos en el fuego un par de minutos.
Después, agregamos el laurel previamente lavado, y dejaremos 5 minutos más en el fuego.
Retiramos del fuego y dejamos enfriar. Después lo introducimos el contenido de la olla en un recipiente hermético, preferiblemente de cristal, y dejamos macerar durante un día para que los ingredientes se asienten. La maceración no es necesaria, es más, se puede consumir justo después de haber cocinado la salsa, pero el reposo potenciará el sabor.
Se me pasó hacerle fotos a la salsa en sí cuando la hice, pero el resultado fue aproximado al de la siguiente foto:
  


Bueno, como habréis visto, nadie se puede quejar de que esta receta sea difícil, cara o que lleve mucho tiempo. Además, sirve para acompañar a multitud de platos.

Dependiendo de lo que queráis podéis echar más hierbas aromáticas, o doblar las cantidades de ingredientes si queréis hacer salsa para que os dure un tiempo. El resultado para tan poco esfuerzo es bastante aceptable, si no, comprobadlo ;-)

Os invito a que probéis esta receta con unos filetes de cerdo, preferiblemente de jamón, de aguja o solomillo, que suelen tener más jugo que el lomo. ¡Estoy seguro de que os encantará!

Espero que ahora con el regreso al proyecto y la gran cantidad que se ha unido a la página de fans de Facebook del blog, la gente se anime a participar más, y deis vuestra opinión sobre las publicaciones.


Pues nada, ¡a pasar feliz verano y a comer a gusto!
¡Un saludo a todo el mundo!

martes, 5 de junio de 2012

Más vale tarde que nunca. ¡Tarta 3 chocolates!

Hola a todos y disculpad mi ausencia, pero el estudio para los exámenes está cosumiendo mucho de mi tiempo diario.

La semana pasada hice algo diferente, un postre, tarta tres chocolates. Creo que ya era hora de colgar una receta de este estilo.

Es una tarta muy sencilla de hacer, en la que tan solo usaremos el horno (con un recipiente que comentaré posteriormente) y una cacerola como utensilios de cocción. El horno será para cocinar la base de bizcocho de chocolate fondant y la cacerola para hacer los otros pisos (chocolate blanco y chocolate con leche), en los que he utilizado cuajada en polvo.

Nunca antes había usado cuajada. Otras veces que he hecho esta receta he usado sobres de flan, pero el resultado que da la cuajada es muchísimo mejor. Queda una textura fresca y suave, con la que se consigue un contraste con el bizcocho de la base que le aporta bastante ligereza en contraposición de la contundencia del bizcocho.


Necesitaremos los siguientes ingredientes:
Para la base:

  • 5 huevos
  • 250 gr. de azúcar
  • 25 gr. de harina
  • 1 tabletas de chocolate fondant para postres de 200 gramos
  • 200 gr. de mantequilla, y una pizca más para aplicar al molde para que no se pegue (usé margarina porque tiene menos grasa)
Para la capa de chocolate blanco:

  • Un sobre de cuajada (la venden en cualquier supermercado, yo compré esta)
  • 1/4 de litro de leche
  • 1/4 de litro de nata líquida para cocinar
  • 200 gr (tabletas típicas) de chocolate blanco
  • 2 cucharadas soperas de azúcar
Para la capa final de chocolate con leche:

  • Lo mismo que la de chocolate blanco, pero sustituyendo el chocolate blanco por chocolate fondant

Primero, ponemos al baño maría la tableta de chocolate fondant junto a los 200 gr de margarina. Vamos moviendo hasta que ambos ingredientes forman una mezcla totalmente homogénea y añadimos los 250 gr de azúcar. Seguimos mezclando todo hasta que el líquido tenga textura totalmente uniforme.
Retiramos el recipiente al baño maría del fuego y esperamos a que se enfríe un poco. Entonces vamos incorporando los huevos, uno a uno, mezclando con ayuda de unas varillas antes de echar el siguiente.
Cuando terminamos con los huevos, añadimos los 25 gr. de harina, que removeremos bien hasta conseguir de nuevo una pasta homogénea. Mientras, precalentamos el horno a 200º C durante 15 minutos.
Si tenemos un molde desmontable genial, pero si no, podemos usar una de esas tarrinas típicas de las pollerías que venden en casi cualquier sitio y son baratas. untamos con margarina el molde y vertemos la mezcla. Introducimos el molde en el horno durante 25 minutos aproximadamente. Para asegurarnos de que está hecha la base, pinchamos en el centro con un tenedor, y este deberá salir limpio.

Ahora vamos con las capas de chocolate. Primero la de blanco, y a continuación la de con leche, que será exactamente igual que la anterior pero variando el tipo de chocolate.
Calentamos en una olla hasta llevar a punto de ebullición el 1/4 de litro de leche, el 1/4 de litro de nata, el chocolate blanco, las dos cucharadas soperas de azúcar, los 200 gramos de chocolate y el sobre de cuajada, ¡muy importante! sin dejar de remover.
Cuando empiece a hervir, esperamos un minutito siempre mareando la mezcla, y apartamos del fuego.
Vertemos el potingue resultante en el molde anterior sobre el bizcocho, al que le habremos hecho unas rayas en la superficie para que se adhiera bien esta capa.
Dejamos enfriar un tiempo hasta que cuaje la superficie, y repetimos la la operación anterior, pero esta vez con el chocolate fondant.
Cuando hayamos terminado las capas, dejamos reposar a temperatura ambiente un par de horas y decoramos con fideo de colores, lacasitos, conguitos... lo que queramos (siempre que no esté muy caliente, porque yo metí un poco la pata en esto y los fideos de colores desaparecieron... jajaja). Después la metemos en el frigorífico más de tres horas, hasta que la tarta esté bien fresca.
Finalmente, si hemos usado un molde desmontable pues quitamos la parte que rodea a la tarta, y si es una tarrina de aluminio pues cortamos los bordes con ayuda de unas tijeras finas para no  destrozar la tarta.
El resultado fue bastante bueno. Quedó muy rica. Os dejo un par de fotos.





Bueno, espero que os haya gustado. Como podéis ver, no es complicada de hacer, pero requiere su tiempo. Además, yo con la cantidad de ingredientes que he expuesto conseguir sacar dos tartas de tamaño considerable, por lo tanto, no se puede decir que sea caro para el resultado y la cantidad obtenida.

Os la recomiendo si queréis tener un detalle especial con un ser querido, porque es algo que le suele gustar a todo el mundo. Como se suele decir, a nadie le amarga un dulce ;)

Y ya puestos, disculpad el tiempo que pasa entre que publico una receta y otra, pero estoy en plena época de estudio y no puedo sacar demasiado tiempo para otras cosas. De todas formas, tengo fotos de unas cuantas recetas más, así que cuando me apetezca descansar entre ejercicio y ejercicio pues subiré alguna. Tiempo al tiempo.


!Saludos a todos y buen provecho!

¡Y suerte y ánimo para los estudiantes!


miércoles, 23 de mayo de 2012

Si te aburre lo de siempre... !revuélvelo!

¡Hola a todos!

Ya estamos aquí para presentaros la receta de la semana. Más que una receta, quiero enfocar esta entrada a una de las muchas posibilidades que tenemos de cambiarle la cara a una comida cuando estamos hartos de lo mismo, con tan solo un par de ingredientes más: huevo y ajo.

Muchas veces, el cocinar todo lo que comemos a la plancha puede resultar muy socorrido, rápido y limpio. Pero a la larga aburre.

Hace un par de semanas tenía marrajo en el frigorífico, que está bastante rico hecho con un chorrito de aceite  en la sartén durante unos minutos. Pero tras un rato dándole vueltas a que la mayoría de las veces me alimento de cosas cocinadas así, se me ocurrió la idea del revuelto.

Tiene muchas ventajas. Además de convertir nuestra comida a la plancha en algo más completo, no necesitaremos de un excesivo esfuerzo en comparación al hacerlo sin nada.

Me imagino que todo el mundo sabrá hacer un revuelto, a grosso modo, pero mi intención es mostrar que puede ser solución para cambiarle la cara a un plato totalmente, siendo casi lo mismo.


Voy a explicar el que yo hice con dados de marrajo, pero donde digo marrajo vale casi cualquier cosa. Los ingredientes son:
  • Un filete de marrajo (o cualquier otra cosa que nos guste)
  • Un huevo (dos si nos apetece más)
  • De 2 a 3 dientes de ajo.
  • Perejil
  • Aceite de oliva
  • Sal
Empezamos cortando el marrajo en dados de un centímetro cuadrado aproximadamente, y los ajos en láminas finas (o picado si preferimos). Batimos un huevo y añadimos una pizca de sal.
Ponemos la sarten con un chorrito de aceite que casi llegue a cubrir el fondo a fuego medio, y añadimos los ajos.
Cuando cojan un poco de color, añadimos los dados de marrajo  y vamos agitando la sarten para que se vayan dorando homogéneamente. Añadimos una pizca de sal. Moviendo de vez en cuando, esperamos de 3 a 5 minutos.
Pasamos a echar el huevo, siempre sin pasarnos de temperatura, manteniendo a fuego medio. Dejamos cuajar un poco en el fondo de la sartén, y con ayuda de una pala de madera vamos despegándolo y mezclándolo con los otros ingredientes. Añadimos un poco de perejil fresco picado si tenemos, si no, pues de bote, y seguimos moviendo.
Cuando el huevo esté convenientemente cocinado servimos y a comer. Aquí está el resultado:



Bueno, hasta aquí la receta de esta semana. Perdonad el tiempo que tardo, pero ahora, ¡los estudios son lo primero! jeje.

Ya tengo pensada cuál será la siguiente,que tengo fotos y todo. Mientras, espero que esta os guste, que no es ya por la receta, sino por hacer que una comida sea un poco diferente sin mucho trabajo.

¡¡Feliz semana y saludos!!

miércoles, 16 de mayo de 2012

Arroz con virutas de chorizo y ajo

¡Buenas a todos!

Tras una feria intensa, ya era hora de que colgara una nueva receta. Una feria que, además degustar vinos y comidas típicas varias, me ha permitido adquirir un cacharrito para cocinar muy curioso, llamado Prinzessin der Küche, para cortar, decorar, rallar, pelar..., que es como un puñetero Transformer de los de los dibujos animados... ¡hace casi de todo, jajaja! Lo único malo es que, cuando lo tienes en mano, da sensación de que es algo endeble.

Estos días, he puesto el artilugio un poco a prueba, a ver si es tan útil a la hora de ahorrar tiempo y no ensuciar demasiado, tal y como comentaba en feriante del puesto. Y la verdad, aún sin sacarle ni la mitad de su potencial, la verdad es que me ha sido de ayuda tenerlo.

Hoy lo he sometido a una prueba de esfuerzo. No tenía claro qué almorzar, pero de hace unos días me ha apetecido hacerme arroz con chorizo, pero siempre me ha dado pereza tener que ponerme a cortar el chorizo en taquitos y tal... Pues se me ocurrió, directamente, rallar la barra de chorizo (ibérico, compacto, del grosor de un bote de especias cilíndrico típico) sobre el aparato. He tenido que poner empeño, pero el trasto ha aguantado, ha pasado la prueba satisfactoriamente.


Ya que estamos, paso a comentaros qué tiene esta receta y cómo la he hecho:
  • Arroz normal del de toda la vida (dos puñados generosos por persona)
  • 4 dientes de ajo
  • Chorizo (del que tengamos a mano o prefiramos)
  • 1 pastilla de caldo de carne
  • Sal
  • Aceite de oliva
Yo he usado el wok para toda la receta, pero en este primer paso nos vale con poner una olla mediana con agua a hervir, junto con la pastilla de caldo y los cuatro dientes de ajo, sal de forma generosa, a fuego fuerte.
Cuando veamos que hierve y la pastilla se haya deshecho, añadimos el arroz. Unos 10-15 min. es aproximadamente lo que tardará en estar en su punto. A mí me cuesta bastante controlarlo, así que sobre los 12 minutos voy probando a ver qué tal va.
Mientras el arroz se cuece, podemos ir picando el chorizo. Se puede picar con cuchillo, con el trasto que yo he usado, y, posiblemente la opción más rápida y sencilla, con una picadora de carne de estas eléctricas con cuchilla.
Con el arroz en su punto, retiramos los ajos a un platito, y lo escurrimos (yo he usado un escurridor de pasta con cuidado de que no se fuera demasiado arroz) hasta que quede que no gotee.
En este paso, yo le he dado un limpiado rápido al wok (para mí, un utensilio la mar de útil, ya os habréis dado cuenta... jajaja) pero podéis usar una sartén que no se pegue. Con ayuda de un tenedor, aplastamos los ajos que nos parezcan, que se desharán tremendamente fácil. Ponemos un poco de aceite a fuego medio-bajo (4 de 9) a calentar, y, del tirón, echamos los ajos, que deben tener aspecto como de masilla. Movemos con ayuda de una cucharilla de palo.
Damos vueltas un par de minutos a la masilla de ajo y agregamos el chorizo, y una pizca de pimienta si nos apetece. Salteamos todo durante unos 5 minutos, hasta que veamos que el chorizo se vuelve un poco más oscuro y suelta la grasa.
En ese instante, echamos el arroz y salteamos otros 5 minutos, moviendo bien  con el cucharón para que quede suelto y todo se impregne del sabor. Y obtendremos, aproximadamente, este resultado:



Resumiendo un poco el plato de hoy, son ingredientes que todo el mundo tiene en casa, además es medio rapidito de hacer, y una forma muy buena de variar el típico arroz blanco que muchos nos hacemos junto con algo más. Muy aconsejable para esos estudiantes que suelen gastarse poco dinero y que compran comidas muy básicas.

Cambiando de tema, para cerrar, la receta de hoy, ahora empieza la época de estudio duro, y posiblemente siga esta progresión aritmética temporal, más o menos lo que he hecho estos últimos días, una por semana. Mucho ánimo desde aquí a los estudiantes, y, también, a todas esas personas que están sufriendo la masacre que se vive por la crisis económica, mucha fuerza, ¡de verdad!

Espero ir bien de tiempo de estudio y volver a pasarme pronto por aquí para seguir aportando.
¡Que tengáis una buena continuación de la semana!

lunes, 7 de mayo de 2012

Una de vegetales: Berenjenas rebozadas con salmorejo

Hola a todos de nuevo.

Perdonad el abandono, pero la semana pasada estuve fuera de casa unos días, y no me ha dado tiempo a cocinar demasiadas cosas para poder hacerle foto, como me gusta hacer, para ilustrar el resultado de la receta. Estos días, si la feria me lo permite, iré subiendo las que he hecho estos días.

Hoy voy a colgar una inusual en mi, puesto que no soy muy fan de la "verdurita", pero este plato sí que me gusta, es más, ¡está bastante rico! Se trata de berenjenas rebozadas acompañadas de un cuenco con salmorejo, para bañarlas y después engullirlas. Creo que no está de más comentar que es un plato muy de mi zona, ya lo he visto en varios bares y restaurantes de Jerez.


Es muy sencilla. Lo único que necesita cocción (freír, en este caso) son los palitos de berenjena empanados. He usado en esta receta los siguientes ingredientes:

  • Una berenjena grande
  • 2 tomates grandes maduros
  • 2 dientes de ajo
  • Aceite de oliva
  • Pan rallado
  • 2 huevos
  • Sal
  • Aceite para freír (yo uso de girasol, porque me da pena freír en oliva porque es muy caro y al poco hay que desecharlo)

Voy a empezar con el salmorejo, que es bueno hacerlo un poquito antes para que se mezcle bien el tomate y el sabor del ajo. 
Le quitamos la piel y el rabito al tomate (yo uso un "pelapapas", así apuro y conservo más carne). Lo cortamos en trozos, sin importar demasiado el tamaño, y lo introducimos en un recipiente de tipo vaso alto, apto para batidoras. Quien prefiera retirar las pepitas puede hacerlo, pero a mí me dan igual. 
Pelamos los dos ajos, los cortamos en láminas y los echamos con los tomates, junto con un chorro bastante generoso de aceite de oliva (del mejor que tengamos, porque al ser en una sopa en crudo va a ser una parte importante del sabor) y un par de pizcas o tres de sal, según prefiramos. 
Le pasamos la batidora todo el tiempo que podamos, porque como sale bien este plato es con una textura sin grumos. Además, es importante que los ingredientes queden mezclados de una forma homogénea, para que el sabor también lo sea. Si queda con una textura muy fina se podrá consumir así directamente, aunque, si apetece, podemos tamizar el salmorejo con un colador o un tamiz de cocina. Y ya tendremos lista esta parte de la receta. 
Ahora, vamos al lío con las berenjenas. Yo les he quitado la piel, pero no lo considero necesario. Me he ayudado de nuevo del "pelapapas". 
Como mi freidora es un poco "de juguete" (bastante pequeña), he cortado la berenjena por la mitad, y he hecho palitos con forma prismática rectangular del tamaño de un dedo. Pasamos por el huevo batido, al que le añadiremos sal, y después por el pan rallado. 
Para esto último, yo uso, para aligerar, un par de tuppers, uno con el huevo y otro con el pan rallado, y echo primero todos los palitos de berenjena a empanar en el que contiene el huevo, lo cierro y agito hasta que todos se impregnan completamente, y después paso al pan rallado haciendo exactamente lo mismo, así empano todos de una tacada. Es un truco que nos ahorra mucho tiempo, que ensucia muy poco, y que nos vale para cualquier comida que queramos empanar. 
Calentamos el aceite en la freidora o en una sartén mediana, hasta que adquiera bastante temperatura, pero sin llegar a humear. Introducimos los palitos empanados, y los dejamos hasta que se doren pero sin quemarse. 
Servimos los palitos en un plato con un cuenco con el salmorejo, para mojar o echarse al gusto con ayuda de una cuchara. Aquí vemos el resultado:



Espero que os guste esta receta, además, no os podéis quejar, porque no tiene nada de carne. Podemos hasta sustituir el huevo del rebozado por otro ingrediente que no sea de origen animal y que nos sirva como aglutinante para convertirla en una receta totalmente vegana.

Esta semana no sé si pondré alguna cosa nueva más, que es feria y hay que aprovechar. De todas formas, tengo 3 o 4 fotos de recetas que he hecho últimamente, así que, salvando la feria, tengo más material para continuar engrosando mis entradas.

Me despido, pero no sin antes pediros que paséis una buena Feria del Caballo de Jerez los que podáis disfrutarla.

¡Saludos a todos!

viernes, 27 de abril de 2012

Codillo al estilo alemán

¡Hola a todos!

Perdonad la ausencia de esta semana, pero está siendo muy intensa de estudios y eventos.

Bueno, hoy os voy a dejar una receta nada típica de España, codillo de cerdo asado (gebratene Schweinshaxn). La aprendí en mi estancia en Alemania. Esta receta es fácil, pero requiere de muchísimo tiempo. Además, los codillos en carnicerías con el corte típico alemán (sección de la parte cercana a la rodilla del cerdo con piel y todo) suelen ser difíciles de encontrar y algo caros aquí. Los venden en algunos supermercados envasados al vacío y salmuerizados (Hipercor y en Carrefour no sé si los han retirado, si sabéis de otros sitios comentadlo). Os dejo una foto de qué aspecto tiene envasado:



El detalle de que la pieza del animal conserve su piel es de gran importancia, puesto que al hornearla se quedará muy crujiente y sabrosa, la parte más rica del codillo para mi gusto.

Se le pueden añadir algunas hortalizas al cocido del codillo para después triturarlas y hacer salsa, pero yo voy a explicar sólo lo básico.


Necesitamos para esta receta:

  • Un codillo de cerdo con piel (esta es su apariencia)
  • Granos de pimienta negra
  • Sal
  • Especias al gusto (como tomillo, orégano, laurel... no son necesarias, pero si gustan se pueden usar)

En una olla muy grande, echamos el codillo con mucha sal y los granos de pimienta, y cubrimos de agua de forma sobrada. Ponemos la olla al fuego a máxima potencia para hervir, pero teniendo cuidado de que no rebose y rellenando el agua siempre que baje del nivel del codillo. El tiempo de cocción será de 1 hora y media a 2 horas.
Dejamos hirviendo el tiempo reseñado vigilando de que se cuece por todos lados por igual, y pinchando de vez en cuando el pellejo exterior para comprobar que haya perdido resistencia (debe quedar bastante blandito).
Tras el tiempo en la olla, precalentamos el horno a una temperatura de 200º y ponemos el codillo sobre la rejilla con la bandeja debajo, puesto que suelta mucha grasa que después podremos usar para hacer una salsa de acompañamiento.
El codillo debe soltar bastante grasa, y deberemos darle la vuelta de vez en cuando para que se ponga dorado por todo su exterior. Cuando esté suficiente tiempo sobre un lado, con el uso de un tenedor, veremos que ese lado se habrá tornado crujiente, que es la idea. Mientras, la carne del interior se irá cocinando debidamente y adquirirá una textura muy suave, llegándose a desmoronar con mucha facilidad.
 Cuando haya estado otra hora y media o dos horas en el horno, !estará listo para comer¡



El año pasado tuve la suerte de irme a Alemania de Erasmus, y aprendí a hacer por mi cuenta gran cantidad de comidas. Allí, el kilo de codillo fresco (que es el mejor para preparar este plato que el salmuerizado) costaba sólo 2€, pero no siempre estaba en los supermercados, sólo cuando había oferta. Venden, para acompañar el codillo, unas cajitas con polvos para hacer salsas y acompañar el codillo que estaba muy buena (Bratensosse), pero en España no conozco ningún sitio donde las vendan.

En los restaurantes, además de acompañados de la salsa que he comentado, también venían con unas bolas de puré de patatas un poco gelatinosas, bastante ricas, llamadas Knödel.

Por cierto, la foto de los codillos ya listos es de uno de mis amigos a los que les hice de cenar codillo en mi Erasmus. Fueron Aldo, Max y Patrick. Si leen esto por casualidad, espero que estén muy bien por donde anden ahora y que estén siendo muy felices, ¡se les echa de menos!

Bueno, este fin de semana voy a estar fuera, pero intentaré subir alguna receta porque voy a tener tiempo libre en Málaga, ¡creo yo! jeje.

También, si alguien sabe alguna carnicería por Jerez donde vendan codillos de cerdo frescos con ese corte y con piel, ¡dejadme un comentario!

¡Que paséis buen fin de semana!

jueves, 19 de abril de 2012

Una "lasaña" diferente: Pastel de carne

¡Hola a todos!

Perdonad que estos días haya estado algo desconectado, pero he tenido lío entre estudios, cosas de la casa, y alguna cosilla más por ahí suelta.

Para los que os gusta la lasaña, esta receta seguro que también os gustará, son muy parecidas. La diferencia, a grosso modo, es que el pastel de carne sólo tiene la capa de carne, de puré de patatas y de queso.



Necesitaremos:
  • Una bandeja de 700 g. de carne picada mixta cerdo-ternera
  • Unos 700 g. de tomate natural troceado sin piel (vale el que viene en lata)
  • 2 cebollas medianas-grandes
  • 3/4 de litro de leche
  • Una cucharada grande de mantequilla
  • 200 g. de mozzarella rallada
  • Un par de dientes de ajo
  • Aceite de oliva
  • Pimienta en polvo
  • Sal
  • Azúcar
  • Perejil fresco
  • Una cucharada grande de orégano, no muy llena
  • 4 patatas grandes (yo usé puré de bolsa, una, pero no recuerdo qué cantidad tiene cada bolsa)

Picamos las cebollas y los ajos muy finos. Ponemos una sartén grande (yo usé el wok, para variar, jeje) con el fondo lleno de aceite a calentar a fuego medio-alto. Cuando esté caliente, echamos las verduras picadas.
Vamos moviendo haciendo el sofrito. Después de que poche un poco, añadimos el tomate troceado, removemos, y echamos dos cucharadas pequeñas de azúcar para paliar la acidez del tomate.
Cocemos un poco el tomate y agregamos la carne, mezclando bien todos los ingredientes. Después de mezclar, salpimentamos generosamente ademas de añadir el perejil fresco bien picado y el orégano.
La cocción cuando están todos los ingredientes requiere su tiempo, unos 20 minutos o media hora a fuego medio fuerte, porque el tomate suele soltar mucho líquido que se debe evaporar en su mayoría.
Mientras tanto, vamos haciendo el puré de patatas. Podemos cocer 4 papas grandes durante media hora a fuego fuerte y después pasar por un pasapurés, por la vía rápida, que es usar puré de patatas del de bolsa (yo hice lo segundo, por comodidad y rapidez). Echamos la mantequilla en una olla a fuego medio-fuerte y movemos hasta que se derrita, y añadimos la leche después. Cuando esté a punto de hervir, echamos sal y la bolsa de puré, y removemos enérgicamente. También podemos echarle una pizca de nuez moscada, que le dará un toque de buen gusto.
Cuando esté todo listo, en una fuente cuadrada apta para hornos, vertemos primero el guiso de carne picada, teniendo cuidado de que no quede muy líquido. Después, cubrimos con puré toda la superficie sin dejar huecos. Y, finalmente, ponemos los 200 g. de queso como última cosa (podemos espolvorear con un poco de orégano el queso, pero no es necesario, sólo si os gusta mucho el sabor de la especia).
Precalentamos el horno a 200 grados y colocamos el recipiente a altura media durante 20 minutos para que el queso se funda previamente. Para finalizar, gratinamos al gusto con la función del horno (yo lo dejé unos 10-12 min., creo...). ¡Y listo! Este es el resultado:


Pues bueno, como veis, hay que dedicarle su tiempo a esta receta, pero no es demasiado complicada. Además, con la cantidad de ingredientes que os he dicho, sale una bandeja con unas 10 raciones aproximadamente, y el coste de los ingredientes es de menos de 10€, así que es relativamente económica para la cantidad que sale. Y te ahorras todo el rollo de las placas de pasta de la lasaña, con un resultado parecido.

A ver si en lo que me queda de semana os cuelgo alguna recetilla más para animar el blog.

¡Saludos a todos!

lunes, 16 de abril de 2012

Clásicos de la tierra: Carrillada de cerdo en salsa

!Hola a todos¡

Tras un finde muy ajetreado con un par de cumpleaños de amigos, vuelvo a escribir.

Me ofrecí para cocinar en el cumpleaños del viernes para la cena, y pensé en preparar algo rico, típico y que le gustara a todo el mundo. Carrillada de cerdo en salsa, como la que podemos encontrar en la mayoría de los bares de la provincia.

Es un plato no muy difícil de hacer, puesto que sólo contiene verdura y carne estofada, eso sí, durante un largo periodo de tiempo.

Los ingredientes de esta receta son:

  • Un kilo de carrillada de cerdo sin hueso (en el Mercadona venden paquetes ya listos, pero los cachos son algo grandes para mi gusto, los suelo dividir en dos)
  • Dos cebollas grandes
  • 4 dientes de ajo
  • 2 zanahorias grandes
  • 1 patata grande
  • 1 pimiento verde mediano/pequeño
  • Vino para cocinar
  • Pimienta en grano (yo suelo echarle bastantes porque me gusta el sabor que le da)
  • 3 o 4 clavos de olor (esto, para quien no lo conozca. Hay que tener mucho cuidado para la cantidad de esta especia, tiene un sabor muy fuerte que puede llegar a hacer que nuestro guiso sepa solamente a ella, por eso es aconsejable echar lo justo)
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • 3 pastillas de caldo de carne
Ponemos la carrillada en remojo con el clavo, la pimienta y sal, cubriéndola de vino hasta que quede sumergida, durante una o dos horas. Se puede dejar menos, tampoco pasa nada, pero de esta forma el resultado será más sabroso.
Procedemos a cortar la cebolla en juliana, lo más fina que podamos (después es lo que le dará densidad a la salsa), los ajos sin cáscara con un golpe dado, la zanahoria en rodajas, la patata en cachos de 1 cm aprox., y, finalmente, al pimiento le quitamos el rabito y lo partimos en dos partes, de cabeza a punta.
Ponemos a calentar aceite hasta que tape bien el fondo de la olla (de buen tamaño, será todo más manejable para moverlo), de forma generosa, a fuego medio-alto, y, cuando esté caliente, añadimos la cebolla cortada. Movemos para que vaya pochando, y añadimos los ajos al rato. Seguimos rehogando un poco más de tiempo.
A continuación, separamos la carrillada del vino y la añadimos a la olla a misma potencia. Deberemos mover cada poco tiempo para que la carrillada se selle y contenga su jugo.
Cuando todos los trozos de carne han tomado color por todos sus extremos, añadimos el vino de haber macerado la carne junto con los granos de especias que habíamos puesto junto a ellos. Echamos también una pizca generosa de sal y más pimienta si nos apetece.
Ahora, metemos un vaso de agua (preferiblemente de medio litro aproximadamente), e introducimos tres pastillas de caldo de carne. Lo ponemos en el microondas a máxima potencia durante minuto y medio. Cuando finalice, movemos con una cuchara y lo unimos al guiso. Echamos también el pimiento en este punto.
Movemos para que todos los ingredientes queden bien mezclados, y lo dejamos en el fuego a potencia media-alta (pero más media que alta, un 6 de 9) durante casi una hora. Llegados a este momento, metemos en la olla las patatas y las zanahorias, y dejamos de nuevo otra media hora o tres cuartos de hora al mismo fuego.
Es conveniente vigilar de vez en cuando porque si la olla no es buena, el guiso puede llegar a quedarse demasiado espeso, y se nos puede pegar. Lo suyo sería ir mirando cada 10 minutos, moviendo para que no se pegue y probando de sal para rectificar. 
Cuando estemos cerca de la media hora, no estaría de más el probar la carne para ver su textura. Debe quedar muy suave, que no haga falta cuchillo para partir los trozos, sólo con la ayuda del tenedor.
En el momento en el que la salsa sea lo suficientemente espesa y la textura de la carne óptima, tendremos lista nuestra receta. Si la carne está aún algo "plástica", podemos añadir un poco de agua y dejarlo más tiempo al fuego, pero normalmente no suele hacer falta. La foto no es mía, pero el resultado no era muy diferente a este:



Hacer esta receta no es nada del otro mundo, pero hace falta paciencia para ir comprobando cuánto queda para que esté lista, y saber manejar la proporción espesor de la salsa - textura de la carne.

A la gente que la probó el viernes le gustó mucho, ¡así que ya sabéis!
¡Saludos a todos y buena semana!

jueves, 12 de abril de 2012

Filetitos de cerdo con otro estilo

Para los verdaderos amantes de la carne, somos capaces de comernos casi cualquier bicho que haya tenido una vida en el campo, ya hiciera "muuuuu...", "pio pio" u "oing oing". Nunca le diremos que no a unos buenos filetitos de lomo a la plancha con patatas, pero hay veces que saborear siempre lo mismo puede llegar a ser un poco aburrido...

Pero os aseguro que eso tiene muy fácil solución, siempre que tengamos unos palillos de dientes de toda la vida (también vale cuerda para cocinar, pero es más raro tener esto en casa). Los demás ingredientes que usaremos son un poco cuestión de lo que nos apetezca en el momento.

Lo que hay que hacer es tan sencillo como coger el filete de cerdo (recomiendo cinta de lomo, por precio, por tener poca grasa, porque normalmente viene cortada fina, sin rebabas, de una pieza y sin agujeros, y porque se dejan manejar y estirar bastante bien sin llegar a romperse), rellenarlo de algún embutido, queso, verdura, o lo que queramos, y cerrarlo con un palillo.


Lo que yo he usado en esta ocasión ha sido:

  • Filetes de cinta de lomo
  • Queso rallado (vale cualquier otro tipo de queso o ingrediente)
  • Jamón serrano (o cualquier otra cosa)
En un plato o superficie, estiramos uno de los filetes con cuidado de no cargárnoslo.
En uno de los extremos más anchos, colocamos el jamón en tiras y después el queso encima, sin que quede demasiado cerca de los laterales del filete para que no se salgan los ingredientes a la sartén (sobre todo, el queso), así, cuando procedamos a comer, saldrán los ingredientes de tipo cremoso al cortar el rollito y no antes.

Con cuidado de que los ingredientes no sobresalgan, enrollamos el filete. Cuando esté el rollito hecho, clavamos un palillo en el extremo que queda libre, como si pusiéramos un alfiler de costura a unos pantalones para cogerle el dobladillo.

Cuando hayamos acabado con todos los rollitos, ponemos un poco de aceite en una sartén a fuego medio, y vamos añadiéndolos. El fuego no debe estar muy fuerte, para que no se hagan los filetes sin que los ingredientes de dentro se hayan cocinado bien.
Vamos dándole vueltas hasta que vemos que los rollos se doran por todos los lados. En ese momento, ya tendremos nuestra receta lista para comer. 


Así de fácil, y en 5 minutos, hemos hecho que un filete de lomo se convierta en algo diferente, sin necesidad de tener muchos conocimientos ni maña. Con las ganas de comer cosas distintas nos sobra y nos basta.

Además, es otra receta que acepta multitud de modificaciones. Como más me gusta a mí es relleno de chistorra y empanado, pero no es muy aconsejable si no te quieres poner gordo, jeje.



Bueno, y ya la hora que es va siendo momento de almorzar, ¡que tengo hambre!

¡Saludos a todos! 

martes, 10 de abril de 2012

Una mítica: ¡Pollo con almedras!

¡Hola a todos de nuevo!

Hace ya bastante tiempo, experimentando con unas sobras de un pollo entero que andaba haciendo en salsa, empecé a pensar... ¿qué podía hacer para aprovechar esos pequeños trocitos de pollo que aún quedaban cerca de los huesos después de haberlo despiezado?

Una opción sencilla hubiera sido hacer un caldo echando todo en agua con alguna que otra verdura (que más adelante daré una recetilla de una sopa bien rica a base de pollo y jamón, con lo que después podremos hacer croquetas). Otra opción posible era la de saltear los trozos con algún tipo de verdura, cosa que finalmente decidí y que dio un resultado que me gustó bastante.

Usando de base de sofrito pimiento y cebolla, se puede conseguir que tus platos de carne de cualquier tipo queden muy sabrosos. Partiendo de esa mezcla, podemos añadir más verduras y algunas especias para darle diferentes toques al gusto de cada uno.

También comentar que esta es una receta con un tiempo de preparación relativamente rápido, pero requiere de un poco de manipulación (lavar y cortar) de la verdura y de la carne previa a cocinarla.


Os voy a explicar los pasos que siempre uso cuando preparo este plato para que quede a mi gusto, que dan como resultado un ligero toque asiático, pero sin salir de lo tradicional. Los ingredientes necesarios para una persona son:

  • Carne de pollo sin hueso, entre 150 y 200 gramos (preferiblemente que sea muslo o contramuslo deshuesado, porque la pechuga tiende a quedar más seca y a soltar menos jugo en la cocción)
  • Un puñado de almendras
  • Una cebolla mediana
  • Un pimiento mediano
  • Una pizca de pimienta
  • Salsa de soja (la típica de color negro que venden en todos los supermercados)
  • Sal
  • Aceite de oliva

Para empezar, lavamos y cortamos el pimiento en tiras finas y alargadas, la cebolla en juliana separando bien las capas después, y el pollo en tacos de entre 2 y 3 cm aproximadamente.
Echamos en una sartén (preferiblemente de tipo wok) aceite hasta cubrir el fondo generosamente y lo calentamos a fuego medio. Aquí, cuando dispongo de ellas porque no es necesario, echo una pastilla de Esencias 4 Pimientas, que no es más que una mezcla de pimientas y aceite de oliva, que dejamos derretir en el aceite a fuego medio, balanceando de vez en cuando el recipiente para que se vaya disolviendo y expandiendo en el mismo. 
Cuando el aceite está caliente a fuego medio (si hemos echado la pastilla, esperamos a que se disuelva), añadimos las almendras y las freímos, moviéndolas de vez en cuando, hasta que se tornen marrones, pero sin quemarlas.
Subimos el fuego a temperatura media-alta (más alto que medio, un 7,5 u 8 de 9 en una placa de inducción) e incorporamos las verduras. En este paso es importante remover y saltear durante el tiempo suficiente para que las verduras se cocinen bien pero sin llegar a que pochen o se doren excesivamente.
Pasado este punto, unimos el pollo junto con sal al gusto y una pizca de pimienta. Hay que zarandear enérgicamente el wok para que el pollo se selle por todos los sitios y se quede jugoso por dentro. Si vemos que se queda poco aceite podemos poner un poco más, esto es más bien cuestión de gusto.
Cuando vemos que el pollo se ha tornado de rosa a blanco en su totalidad, añadimos un chorrito de salsa de soja, seguimos saltean y moviendo para que todos los ingredientes se mezclen y se bañen homogéneamente en la salsa que se forma con el jugo de la verdura, el pollo y la salsa de soja. Si nos gusta la salsa espesa, podemos añadir una cucharada sopera (o lo que queráis, dependiendo del resultado que busquéis) de maizena para ganar densidad sin perder sabor, removiendo para evitar grumos. 
Y en un par de minutos ya tendremos nuestro plato listo, con un resultado parecido a este:



Como podéis comprobar, no es una receta ni difícil, ni cara ni que requiera un tiempo excesivo. Son ingredientes típicos que casi todo el mundo tiene en casa, menos las almendras y quizás la salsa de soja (que es opcional, para darle un aire oriental).

Además, está abierta a un mundo de posibilidades enormes en cuanto a añadirle más ingredientes. Si os gustan los toques más orientales, os aconsejo probar a añadirle verduras como puerro, zanahorias y algún tipo de seta, y especias como jengibre, ajonjolí (sésamo)... hasta un poco de aceite de sésamo, que podréis encontrar en las tiendas alimentación regentadas por chinos que ahora están apareciendo por todos lados cual estallido primaveral y que sirven para algo más que comprar botellón a horas poco legales... jajajaja.

También, aviso, que esta receta es algo engañosa. Pillar los tiempos de cocción exactos de cada uno de los ingredientes requiere algo de práctica (al menos a mí me costó algún intento que otro). Os animo a que probéis a hacerla alguna vez, ¡que no cuesta nada!

¡Saludos a todo el mundo!
¡Recordad que no muerdo si opináis! jeje.

lunes, 9 de abril de 2012

Sopa de mar rápida

Cuando uno es estudiante o trabaja, tiene poco tiempo para cocinar... o simplemente no le agrada hacerlo, esta puede ser una receta muy conveniente. Además, los ingredientes no son caros para la cantidad de veces que puedes hacer esta comida.

Se trata de una sopa rápida y muy gustosa, pero no demasiado nutritiva, aunque se podría modificar para que sí lo fuera, aunque subiría un poco el precio al usar ingredientes de mejor calidad y el tiempo de preparación.


Para la versión rápida y básica, necesitaremos lo siguiente:

  • Una bolsa de congelado para paella (de esas con gambas, almejas, mejillones, chocos... yo la suelo pillar en el Mercadona)
  • Pastillas de caldo de pescado
  • Ajo en polvo (del que viene en los botes típicos de especias)
  • Cebolla en polvo (ídem)
  • Perejil
  • Pimentón dulce
  • Un poco de sal
  • Aceite de oliva (suficiente para cubrir el fondo de una olla)
  • Pimienta (si se quiere dar un toquecito picante, que a mí me agrada bastante)
Antes de empezar a hacer la sopa, tenemos que tener en cuenta cuánta queremos. Yo siempre me baso en la cantidad que trae la bolsa, en este caso, la bolsa de arreglo para paella y sopa de pescado del Mercadona (menos de 4€) trae 750g. Con un tercio de la bolsa tendríamos para 2 personas.

Para empezar, ponemos una olla a fuego medio-alto con el fondo lleno de aceite, y esperamos a que se caliente.

Cuando esté caliente, agregamos el tercio de la bolsa de preparado (si el pescado está aún congelado, mejor). Removemos para que todo el pescado vaya soltando el jugo y no se queden restos pegados en el fondo.

Pasados unos 5 minutos, cuando el pescado haya cambiado de color por el calor y haya soltado el jugo, echamos agua hasta que sobrepase un par de dedos la altura del pescado.

Movemos y dejamos que el agua coja temperatura, y añadimos un par de pastillas de caldo de pescado, una cucharada sopera de cebolla en polvo, otra de ajo en polvo, una cucharada pequeña de perejil, otra pequeña de pimentón y una pizca de sal. Si queremos el toque picante, una pizca de pimienta en este punto.

Mezclamos bien los ingredientes durante un par de minutos y seguimos dejando reposar a fuego medio-alto durante algo menos de 10 minutos, ¡y nuestra sopa estará lista y preparada para comer!

Cada vez que haga mis recetas, intentaré al menos hacerle una foto con el móvil al resultado, que me parece un poco "gitano" andar buscando y colgando fotos que no son mías, así que lo tendré en cuenta para el futuro. Nos debería dar un resultado aproximado a este:

 

Como habréis visto, es una receta muuuyyyyyyy sencilla y no demasiado cara, puesto que con una bolsa de arreglo de pescado te da para 6 platos y puede que hasta más.

Ahora, si queréis algo más consistente, también podéis comprar algo de panga o otro pescado blanco del estilo, y añadírselo un poco antes de añadir el agua, con lo que el sabor no variará pero sería una comida más completa, sobre todo para los estudiantes que para comer pescado compran panga congelada y sólo se la comen a la plancha.

Si queremos que sea aún más nutritiva, podemos cambiar los ingredientes en polvo por ingredientes frescos finamente picados y el caldo en pastillas por caldo de pescado casero o al menos de brick, pero el tiempo de preparación aumentaría exponencialmente, y perdería el concepto de rapidez y sencillez.



Bueno, espero que os haya gustado mi primera entrada oficial, y que yo me vaya arrancando y poniendo cosas con más frecuencia. Espero también opiniones de la gente, y os animo a que cualquier día que os dé la picada, probéis a hacer este plato, que es muy fácil y barato.

¡Muchos saludos!

miércoles, 21 de marzo de 2012

¡Hola a todos y bienvenidos a mi nuevo espacio!

Saludos a todos los que vayáis a ser partícipes junto a mí en mi nuevo proyecto.


Desde hace un tiempo, he pensado que ya tengo un buen volumen de recetas para compartirlas con las personas a las que le guste el cocinar y el buen comer. Finalmente, he decidido que esta puede ser una buena opción para transmitir mis conocimientos, experiencias y seguir aumentándolas aprendiendo cosas nuevas y mejorando.


Espero que este rincón guste y tenga seguidores, ya sean conocidos o gente que no conozca y que le guste este mundillo.


Intentaré cada semana publicar material para que no quede solamente en una idea, ¡Por supuesto, toda intención de participar y opinar será muy bien recibida!


En principio, organizaré las entradas por tipos de comida (pasta, carne, pescado, verdura...), nivel (tiempo, precio y dificultad) y personas que más les puede interesar (estudiantes, personas a las que le guste la cocina, gente que quiera probar cosas nuevas y diferentes...).


Sobre todo, espero que mi proyecto de blog de recetas y de otros temas relacionados con el mundo de la comida agrade y sirva a la gente que lo visite.


¡Un abrazo!