He de decir que en todo este tiempo no he publicado nada, pero he estado practicando muchas nuevas recetas, algunas de ellas con resultados muy agradables. Incluso he ido a un campamento con dos personas más para cocinarles a ¡130 personas durante 15 días! Casi ná... jeje.
Hoy os traigo una receta que ha sido una petición especial de una de las que he colgado en foto en el Facebook oficial de ¡Al Buche!. El pollo rebozado en tempura es típico de la gran mayoría de restaurantes chinos a los que podáis haber ido, y tanto él como la salsa al limón que lo acompaña no tiene mucho secreto, tan sólo el saber cómo hacer una tempura simple y el manejar bien maicena para crear salsas.
En esta receta usaremos, para dos personas que coman bien,
para el pollo rebozado:
- 1/2 kilo de pollo (preferiblemente una pechuga bien jugosa más gruesa que fina)
- Media taza de harina
- 1/4 de taza de maicena
- 1 huevo mediano
- Agua fría
- Sal
- Pimienta negra molida
- Aceite para freír
Y para la salsa:
- 2 ó 3 limones
- 2 cucharadas soperas de vinagre de arroz (lo venden en las tiendas chinas, si no, vale otro que sea blanco)
- 4 cucharada sopera de agua fría
- 1/2 cucharada sopera de maicena
- 2 cucharada sopera de azúcar
- Sal
- Pimienta negra en grano con molinillo (si no, pimienta negra molida)
Empezamos por salpimentar el pollo y dejándolo reservado. Ponemos abundante aceite para freír a calentar (preferiblemente de semilla, como girasol, que es de sabor más neutro), a fuego medio.
Nos ponemos manos a la obra con la tempura. En un bol, echamos la harina, la maicena, una buena pizca de sal y la pimienta molida al gusto (yo le hecho bastante y me gusta de molinillo), y comenzamos a remover hasta que todo quede uniforme. Vamos echando el agua fría a temperatura del frigo poco a poco y moviendo con unas varillas. Cuando veamos que adquiere una textura aproximada a la que tiene la nata para cocinar, integramos el huevo a la mezcla sin dejar grumos.
Añadimos el pollo y untamos bien en la mezcla, hasta que quede totalmente impregnado y cubierto, y reservamos sin sacarlo. Subimos un poco el aceite, sin que llegue a humear, y freímos introduciendo el pollo en la sartén asegurándonos de que está impregnado por todos lados.
Le damos vueltas por cada lado hasta que coja un tono dorado, y entonces lo sacaremos en un plato llano grande o fuente con papel absorbente para que no quede aceitoso. Podemos introducirlo en el horno a baja temperatura para que se conserve caliente.
Para la salsa, en un cazo pequeño, ponemos el zumo de dos limones exprimido y colado, el vinagre, el agua fría a ser posible, el azúcar, una pizca de sal para potenciar, otra de pimienta para dar un poco más de aroma, y la maicena. Movemos con unas varillas hasta que todo quede bien integrado y lo ponemos a fuego medio sin dejar de moverlo.
Opcional: Mientras, limpiamos muy bien el tercer limón, puesto que la piel puede tener compuestos químicos para darle más lustre. Cortamos en rodajas finas, y lo reservamos.
Si vemos que la salsa no burbujea, subimos el fuego. Debe hacerlo para que se integre todo aún mejor, que pierda un poco del sabor del vinagre, y para que el azúcar se disuelva bien. Si hemos hecho las rodajas, cuando lleve burbujeando un par de minutos, las añadimos y dejamos un rato más. Estará listo cuando la salsa se haya hecho totalmente homogénea tras 3 o 4 minutos de hervir sin parar de remover, y ya podremos degustar nuestro estupendo plato:
Dándole un punto dorado a la parte externa del pollo, conseguiremos una textura jugosa por dentro y crujiente por fuera.
Al final, nos damos cuenta que la comida oriental no es tan compleja como parece. Tan sólo necesitamos los ingredientes necesario para obtener un plato riquísimo y resultón, con un coste y dificultad bastante bajos.
Animaros a, aunque no esté redactando recetas, sigáis haciendo comentarios y proposiciones. Recordad siempre compartir la receta en vuestros perfiles de las redes sociales si os ha gustado.
Y, sobre todo, os animo a que probéis a hacer alguna en vuestras casas, que ya veréis que no es casi nada de esfuerzo para el premio que se obtiene.
¡Un saludo a todos, y espero volver pronto a redactar!